Cuando escribo esta lectura devocional para ti, está por comenzar el mundial de fútbol. No sé si en tu país es algo que a las personas les importa, pero en los países de donde yo vengo, el mundial es cosa seria. Y, casi te aseguraría que, si tú estás leyendo esto en español, entonces en tu país, seguramente, ¡también lo es!
En Argentina, por ejemplo, se recuerda siempre con gran emoción las copas mundiales ganadas, y los deportistas que hicieron posibles esos triunfos. En Perú, donde vivo, todo el país está feliz porque participarán en un mundial luego de más de treinta años. En temporada de mundial, cada país tiene comerciales, o publicidades especiales relacionadas con el fútbol. Llevar la camiseta del equipo nacional se convierte en un símbolo casi tan respetado como la bandera del país, o el himno. Ser un hincha dedicado es ¡casi un deber patrio!
Te confieso algo. Yo digo que no me importa el fútbol, y es verdad, pero si escucho narrar un gol, siento cierta emoción, no tanto por el fútbol en sí, sino porque sé que mucha gente se siente muy feliz con las victorias de su país.
Una pregunta: si tu país estuviera en el mundial de fútbol, ¿alentarías a otro país? La mayoría de nosotros no lo haríamos. No sabemos si nuestro equipo ganará, pero no podríamos alentar al equipo contrario. ¿Y te cambiarías de equipo si tu país va perdiendo? ¡Un hincha verdadero jamás lo haría!