2 de Enero – El salón de los espejos – Un Rayito De Luz Para Cada Día

“Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a…

 2 de Enero – El salón de los espejos – Un Rayito De Luz Para Cada Día

“Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu” (2 Corintios 3:18, NVI).

¿Sabes para qué sirven los espejos? Existen muchas variedades y usos, pero su función principal es recibir la luz y reflejar una imagen. Debes tener el espejo correcto para poder ver la imagen que quieres reflejar.

Una de las actividades más esperadas por grandes y chicos en las vacaciones de invierno de mi niñez era una feria orientada a la familia. Mucha gente llegaba de todas partes de la ciudad y era recibida por una curiosa llamita que daba la bienvenida.

Mis padres hacían un gran esfuerzo para poder llevarnos, y recuerdo con cariño que pasar las vacaciones de Fiestas Patrias recorriendo la feria era el premio que recibíamos mis hermanas y yo por habernos esforzado durante el primer semestre escolar. Pabellones inmensos llenos de decorados coloridos ofrecían atracciones de todo tipo para todos los gustos, suficientes para entretener a miles de personas por el precio de una sola entrada.

Una de las atracciones que mi familia y yo más disfrutábamos era el salón de los espejos. Esta clásica recreación era la más solicitada; las filas para entrar eran casi interminables. Desde los pasillos se escuchaban las fuertes y contagiosas risas de la gente que desde que entraba no paraba de reír.

El secreto de esta divertida atracción era la variedad de espejos con superficies irregulares que no reflejaban lo que esperabas ver, sino una cambiante apariencia del cuerpo de las personas. Podías verte muy pequeño, con el cuello largo, con los brazos cortos e incluso, ver parte de tu cuerpo volteada de cabeza. Pero aunque las ilusiones ópticas creadas por algunos espejos podían ser muy graciosas, estos mostraban un reflejo falso y distorsionado de lo que en realidad éramos.

A diferencia de esos espejos de mi infancia, el versículo de hoy te recuerda que tu vida es como un espejo que debe reflejar la imagen correcta. Tener fe es mirar a Dios y reflejar en tu rostro la luz de su gloria. Es creer que con su luz puedes brillar para alumbrar este mundo oscuro, donde tu bondad y tu sonrisa pueden hacer que otros sonrían porque reflejas el amor de Jesús. ¿Qué ven tus amigos cuando te miran? Magaly

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