2 de Marzo -Gacelas al cielo – Devoción Matutina 2025 para Damas | Amanecer con Jesús

«Después de esto miré y vi una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos…

 2 de Marzo -Gacelas al cielo – Devoción Matutina 2025 para Damas | Amanecer con Jesús

«Después de esto miré y vi una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en sus manos» (Apocalipsis 7: 9).

Es el octavo día y 316 mujeres de 15 países diferentes, madres, abogadas, maestras o médicas, todas festejan bajo el cielo tachonado de estrellas. 18 El motivo de su festín es el haber concluido la extenuante carrera que corrieron durante ocho días en el desierto del Sahara. Es la competencia femenina automovilística de las Gacelas que se lleva a cabo cada primavera en Marruecos. Julie y Genevieve son parte del festejo. Su travesía de 2,500 kilómetros no fue para nada fácil y obtendremos lecciones valiosas de su competición. Cada mañana se les proporcionaban las coordenadas del punto de control. Únicamente con una brújula, trazadores de rutas de navegación y mapas topográficos debían llegar al punto por la ruta más directa y no se les permitieron celulares, ni sistemas GPS.

En nuestra carrera hacia la vida eterna, cada mañana Dios nos envía por medio de su Santa Palabra la ruta que debemos seguir para no perdernos en el camino. Debido a los 40° C que la temperatura había alcanzado en el desierto, la arena se volvió más blanda y traicionera, por lo que Julie y Genevieve decidieron tomar un descanso. Mientras descansaban, vieron un auto atascado en un valle cercano. Si algún equipo pedía ayuda a un mecánico, serían penalizadas, así que se alentaba a las mujeres a ayudarse entre ellas mismas. Condujeron hasta el auto en problemas y les ayudaron a salir; luego ambos equipos continuaron juntos por el camino. En ocasiones vemos cómo nuestras amigas quedan atascadas en su desierto, en la ola de problemas y preocupaciones. Es nuestro deber ir hasta ellas y brindarles apoyo para seguir en el camino.

Necesito pensar un segundo —dijo Julie—, mientras su camioneta se encontraba atascada en una pendiente rocosa de diez metros de altura. Había que tomar decisiones de vida para salir del problema y así lo hizo. Con lágrimas en los ojos gritaron de alegría cuando cruzaron la línea de meta.

Nuestra travesía al cielo no es fácil. Las dificultades en el camino en ocasiones hacen tambalear nuestra fe. Sigamos adelante, con la certeza de que la línea de meta está más cerca. Allí celebraremos con nuestras compañeras de viaje, nuestra familia y con otras corredoras de todo el mundo. ¡Cuán grande festín habrá!

#pdfelizdeserunequipo

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