24 de Enero – Las teclas del Señor – Devoción Matutina 2025 para Damas | Amanecer con Jesús

El número de teclas varía dependiendo de su fabricante y su modelo, pero llámese piano, teclado, órgano o piano de cola, todas estaremos de acuerdo en que esas teclas blancas y negras, ejecutadas por manos artistas, producen prodigiosos sonidos y fascinantes melodías. No podríamos lograr tal resultado con una sola tecla. Es el conjunto de ellas lo que hace emerger del instrumento musical a nuestros oídos obras que nos roban un suspiro.
Eso es precisamente lo que somos en las manos del gran Artista. Él nos proveyó a cada una de sonidos distintos, sonidos únicos y especiales que nos hacen diferentes e indispensables para llevar a cabo su obra maestra, que consiste en mostrar su amor a la humanidad. Piensa en el don del cual el Espíritu Santo te ha provisto. ¿Ya tienes claro en tu mente cuál es? Ahora piensa cuán afinado y cuán fuerte está sonando. ¿Te gusta tu respuesta? El apóstol Pablo es claro cuando dice que no todos tenemos el mismo don y, sin embargo, todos somos piezas clave en la obra del Señor. ¿Qué sentido tendría que todos tuviéramos el mismo don?
En ocasiones nos comparamos y competimos con los dones de otras personas, descuidando el propio por estar pendientes de los demás. Cantar, predicar o dar estudios bíblicos no son los únicos dones que existen en el mundo. ¿Sabes brindar una sonrisa franca? ¿Puedes escuchar con atención y dar buenos consejos? ¿Te gozas orando por otros? ¿Visitas a los enfermos?
¿Eres paciente con los niños? ¿Disfrutas invitando el sábado a comer a tu casa a un visitante? ¿Atiendes la necesidad de alguna persona de la tercera edad? Si respondiste afirmativamente alguna de estas preguntas, no hay duda de que tienes un don.
Repasemos juntas la escala musical: «Yo soy un do, tú eres un re, él es un mí y ella un mi bemol». Dios, el gran Artista, toca el piano y ejecuta bellas melodías. No quieras ser un do como yo, ni un re como ella. Con la nota que te ha tocado ser eres útil en la sinfonía del Creador. «Nosotras somos un fa, ustedes son un sol, ellos son un la y ellas un si bemol. Do-re-mi-fa-sol-la-si, el Creador nos hizo así; escalas arriba, escalas abajo, sostenidos y bemoles, todas somos importantes, haz que suenen hoy tus dones. Sea uno, sean dos, sean, chiquitos o grandotes, ponlos siempre al servicio del Señor».
Posdata: Feliz por mi don.