25 de Febrero – Para verte mejor – Devoción Matutina 2025 para Damas | Amanecer con Jesús

«Y unge tus ojos con colirio para que veas» (Apocalipsis 3: 18). En su devoción matinal para adolecentes, Kay de…

 25 de Febrero – Para verte mejor – Devoción Matutina 2025 para Damas | Amanecer con Jesús

«Y unge tus ojos con colirio para que veas» (Apocalipsis 3: 18).

En su devoción matinal para adolecentes, Kay de Rizzo cuenta la historia de Gary, un joven que fue de vacaciones a las playas de Florida. El último día de su estancia, mientras caminaba por la orilla del mar, divisó una elevación en la arena. Pensando que se trataba de la cueva de algún animal, se dirigió hacia ella e introdujo su mano por el orificio. Creyó palpar unos huevos que algún ave había olvidado, pero al sacarlos se dio cuenta de que no se trataba más que de bolas de arcilla. Sacó alrededor de 23 piezas y las guardó en las bolsas de su pantalón para más adelante tirarlas una por una al mar. Había de diversos tamaños, la más grande era del tamaño de una pelota de golf, así caminó por la playa hasta que no le quedó ninguna. De regreso a su casa, al preparar la ropa para lavar, descubrió que una pequeña bola de arcilla había quedado en su pantalón, la guardó y conservó como un recuerdo.

Un año después se hizo novio de Beth, a quien le interesaba mucho la historia de los barcos piratas. Cierto día, ella le contó acerca de la forma en que los piratas escondían su tesoro para no ser encontrados por los enemigos. Narró que recubrían con arcilla las perlas y las escondían en ele- vaciones de arena. Cuando Gary escuchó esto, su corazón dio un vuelco. Ni bien era la hora de salida, corrió hacia su casa, buscó la bola de barro que tenía guardada y comenzó a golpearla, pronto salió rodando una pequeña perla. ¿Recuerdas todas la que tiró? Y todo por no haber visto bien de qué se trataba.

En ocasiones pasamos por alto las maravillosas promesas de Jesús, porque nuestros ojos están velados por la duda, el temor, el dolor y nuestra falta de lectura de las Sagradas Escrituras. En ella están contenidas las más maravillosas joyas, y de ser abiertos nuestros ojos serían nuestras. Elena G. de White escribió: «Cuando nuestros ojos sean ungidos con el colirio santo, seremos capaces de detectar las preciosas gemas de la verdad, aun cuando ellas estén enterradas bajo la superficie».15

La buena noticia es que si hasta ahora hemos pasado por alto las verdades que se hallan implícitas en la Palabra de Dios, hoy podemos acudir al Maestro y él nos dará su colirio para limpiar nuestros ojos y podamos verlo mejor.

#pdfelizporsustesoros

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