26 de marzo – Encadenado a Cristo – Devoción Matutina 2025 para Damas | Amanecer con Jesús

«Y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con…

 26 de marzo – Encadenado a Cristo – Devoción Matutina 2025 para Damas | Amanecer con Jesús

«Y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas, y con denuedo hable de él como debo hablar» (Efesios 6: 19-20).

Benito de Nursia fue enviado a Roma, en compañía de su nodriza, para su formación profesional cuando solo tenía 12 años. No tardó en descu- brir la depravación que se vivía en la ciudad y, a la edad de 20 años, decidió internarse en una cueva solitaria entre altas montañas al sur de Roma. Durante tres años estuvo en la cueva vistiendo una tosca y áspera túnica que usaban los ermitaños para mortificar la carne. Uno de sus amigos le bajaba a través de una cuerda un cesto con pan con el cual se alimentaba. Benito estaba seguro que de esa manera agradaba a Dios. Pero la gracia li- bertadora de Dios lo alcanzó y sus pensamientos fueron cambiados. Varios años después, un penitente se había encadenado a una cueva con el pro- pósito de alcanzar la misericordia de Dios, por lo que Benito le envió un mensaje que decía: «El verdadero servidor de Dios no está encadenado a la roca con cadenas, sino a la virtud por Cristo».32 Benito había comprendi- do que ninguna piedad individual extravagante era mejor que una vida de servicio y entrega hacia el prójimo.

En la antigüedad se acostumbraba encadenar a los presos de la mano derecha, con la mano izquierda de un soldado. Algunos presos podían vivir de esta manera fuera de la cárcel. Es posible que Pablo se refiera a este tipo de cadenas en el verso de hoy, o bien, que haya usado esta figura para hacer referencia a su incondicional forma de trabajar para Cristo. Cualquiera que haya sido el caso, tanto Pablo como Benito, habían comprendido que no hay mayor gozo que vivir encadenado a Cristo. Con frecuencia las personas construyen sus propias cadenas y se quedan estancados en la penumbra.

La buena noticia es que no tenemos por qué vivir encadenadas al pasado por doloroso o errático que haya sido, ni al legalismo que frena nuestro cre- cimiento, ni siquiera debemos estar encadenadas a nuestro carácter si este está estorbando para que podamos hablar con autoridad del amor de Dios. Libérate de lo que estorba y encadénate a Cristo. Tu victoria es segura.

#pdfelizencadenadaaCristo

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