Esa tarde cuando regresó a casa, su padre le preguntó si había plantado las diez hileras de semillas y Jorge le dijo que había realizado todo el trabajo.
Tiempo después, los zapallos comenzaron a crecer; sin embargo, en una parte del terreno no brotó nada. Su padre le preguntó nuevamente a Jorge si había plantado todas las semillas y Jorge dijo:
–Sí, papá. Probablemente esa tierra no era buena, por eso no creció nada.
Cuando llegó el momento de cosechar los zapallos y venderlos, tristemente Jorge se dio cuenta de que la ganancia no era suficiente para sus zapatillas. Llegó a casa llorando y decidió confesarle a su padre toda la verdad. Él le dijo que ya lo sabía, porque un día, caminando, encontró algunos zapallos que estaban creciendo debajo del puente cerca del río; y allí comprendió por qué no crecieron todos los zapallos que él había calculado. Jorge estaba muy arrepentido y fue consciente de las consecuencias de su deshonestidad.
A medida que vayas creciendo, habrá momentos en los que desearás hacer lo correcto y obedecer, pero aparecerán amigos con ideas muy “divertidas” e insistirán mucho para quebrar tu integridad. Sé firme y fuerte, ora, vuélvete a Jesús y piensa antes de actuar, ya que generalmente las consecuencias de la deshonestidad son muy dolorosas. No estás solo, ¡Jesús te ayudará! Nina