Era un príncipe de su país, hombre rico y muy importante. Fue a las mejores escuelas y tenía talentos extraordinarios, pero sentía que su vida no estaba completa. Haciendo una investigación averiguó dónde podía hallar al Maestro que lo ayudaría a encontrar lo que buscaba.
Cuando cayó la noche, Nicodemo salió en secreto en busca de Jesús. Muy calladito llegó hasta donde él estaba y le dijo: “Maestro… nadie puede hacer los milagros que tú haces”, y Jesús le respondió: “Quien no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios”. ¿Qué cosa? ¿Me repite por favor?
Usemos la ilustración de una de las creaciones más bellas de Dios: la mariposa. ¿Las has visto volar? ¡Cuántos colores y formas tienen! Pero la mariposa no empezó teniendo bellas alas ni lindas antenitas, y ¡ni siquiera podía volar! Era un gusano que se arrastraba por la tierra.
Para que la mariposa llegue a ser mariposa, tiene que pasar por una transformación muy rigurosa. A este proceso se le llama metamorfosis, que significa “cambio de forma o transformación”.
Esta transformación en cuatro etapas ¡me fascina! Primero, nace un huevito y