3 de Marzo – Si no cumples, no prometas – Devoción Matutina 2025 para Damas | Amanecer con Jesús

«Cuando a Dios hagas promesa, no tardes en cumplirla, porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que…

 3 de Marzo – Si no cumples, no prometas – Devoción Matutina 2025 para Damas | Amanecer con Jesús

«Cuando a Dios hagas promesa, no tardes en cumplirla, porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es no prometer que prometer y no cumplir» (Eclesiastés 5: 4-5).

Doña Cleotilde escuchó un sermón el sábado al mediodía con respecto a las ofrendas de las primicias para el Señor y en ese instante, convencida de lo que se predicaba, prometió al Señor darle su parte de las papayas que estaba por cosechar. Eran doce hermosas frutas colgadas de un débil tronco que parecía que pronto se quebraría por el peso. Doña Cloti salió de casa un fin de semana y cuando regresó encontró la papaya más grande y hermosa tirada en el suelo, en descomposición y comida por los pájaros y ardillas. Al instante ella exclamó: «¡Ah, Señor, esa era tu papaya!» En ese momento fue testigo de cómo el papayo se quebraba por la mitad, dejando en el suelo once papayas reventadas e inservibles. Aunque pueda causar risa la acción de Clotilde, es la realidad de muchas personas que hacen promesas a la ligera y después, cuando Dios ha cumplido la parte del trato, se olvidan de cumplir la suya. ¡Qué peligro!

Como testigos reales tenemos a un matrimonio, el cual hizo una promesa a Dios que no cumplió. En el tiempo que los apóstoles comenzaron a predicar el evangelio después del Pentecostés, el ambiente que se vivía era sumamente armonioso. Las personas tenían en común todas las cosas y nadie padecía necesidad porque todos se compartían. Los que tenían casas y tierras las vendían y traían el dinero completo a los apóstoles, quienes repartían entre los hermanos según sus necesidades. Ananías y Safira, al ver que todos los que hacían aquella labor eran ricamente bendecidos, prometieron también hacer lo mismo; por lo tanto, pusieron en venta una propiedad. Una vez concretada la venta, cambiaron de opinión.

Ananías: —¿No te parece Safira que podríamos quedarnos con una parte del dinero?

Safira: —¿Cómo haremos para que Pedro no se dé cuenta?

Ananías: —Fácil, diremos que el comprador bajó el precio y finalmente la vendimos en 150 monedas de plata y no 200 como habíamos dicho. Si te preguntan, ya sabes qué decir.

De esa manera Satanás puso en su corazón el querer engañar al Espíritu Santo y el resultado fue la muerte de ambos. Hoy es un buen día para cumplir a Dios nuestras promesas.

#pdfelizdecumplirmipromesa

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