Hoy en día, hablar de talentos es referirse a capacidades, aptitudes o entendimiento. Hay muchas personas talentosas en diferentes áreas: arte, música, deportes, ciencias. Pensando en personas talentosas vino a mi mente Leonardo da Vinci. Este hombre vivió hace mucho tiempo, más de 400 años. ¿Saben? Muchos dicen que era un genio, porque sabía hacer de todo, y todo lo que hacía lo hacía ¡muy bien! ¿Conoces personas así? Yo conozco algunos niños que son fantásticos y todo lo que cae en sus manos lo transforman en obras de arte. Música, bordados, cantos y ¡hasta los trabajos de la escuela!
Leonardo pintaba y esculpía como los más grandes artistas, planificaba y construía como el mejor ingeniero, investigaba las plantas y los animales como el más eminente científico… ¡Incluso cocinaba como si fuese un chef! Su apellido era Di Ser Piero, pero lleva el “apellido” de la villa italiana donde nació, en 1452. Todo lo que captaban sus ojos, lo imprimía en bellos dibujos. A los quince años, su padre lo envió a estudiar pintura. Su profesor, Verrocchio, no tuvo dudas de que el joven era un gran artista. ¡A los veinte años ya era maestro!
Hubo una época llamada Renacimiento, en la cual los artistas se interesaban por todo lo que los rodeaba y lo reflejaban en sus obras. Todo era motivo de interés para Leonardo. Tan curioso era, que anotaba cada descubrimiento. Alrededor de los treinta años, se mudó a Milán, y allí pintó la Gioconda, o Mona Lisa. Ella era la esposa de un comerciante llamado Giocondo. También se interesó por pintar escenas de Jesús, como La última cena. Le llevó diez años terminarla.