“Porque de cierto os digo que antes que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Ley, hasta que todo se haya cumplido”.
Jesús hablaba de la letra más pequeña, y cuando dice “jota” es una referencia a la décima letra del alfabeto hebreo que se llama “iota”, y una tilde era una marca pequeña que se hacía a algunas letras para diferenciarlas de otras parecidas. Él daba valor a las cosas pequeñas y significativas de la vida.
Recordemos otro caso bíblico, para ilustrar cómo Jesús valoraba los detalles. En cierta ocasión, después de alimentar a una multitud, Jesús pidió que se recogieran los restos de panes y pescados. Parece que es un detalle de poca importancia en comparación con el milagro realizado. Pero los pequeños detalles tienen valor, y cuidar que nada se perdiese era importante para Jesús.
Cada día tenemos oportunidades para ser fieles y detallistas. Una palabra, un gesto solidario, una sonrisa… no cuestan y ¡cuán valiosos son! Nuestra vida se compone de pequeños actos, que podemos cumplir fielmente. ¿Te animas a agradecer a tu mami por sonreírte aun cuando te equivocas? ¿O a agradecer a una maestra que ha preparado una clase genial? Jesús lo verá. Mirta