Mayo 06 – En la hora más oscura

Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana…

 Mayo 06 – En la hora más oscura

Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 2 Corintios 12:9.

Podéis experimentar frustración, y vuestra voluntad y deseo pueden seros denegados; pero tened la seguridad de que el Señor os ama. Puede ser que el fuego del horno purificador se encienda para vosotros, no con el propósito de destruiros, sino para consumir la escoria a fin de que salgáis como oro purísimo. Recordad que Dios os dará canciones en medio de la noche. Os parecerá que las tinieblas os rodean, pero no debéis mirar las nubes. Más allá de la nube más oscura existe una luz que nunca se apaga. El Señor tiene luz para cada alma. Abrid la puerta del corazón para que penetren la esperanza, la paz y el gozo. Jesús dijo: “Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido”. Juan 15:11. RP 137.2

Dios tiene una obra especial que debe ser realizada por cada uno, y cada uno de nosotros debe hacer bien la obra que Dios le ha asignado. Lo único que deberíamos temer de nuestra parte es la posibilidad de no buscar exclusivamente la gloria de Dios; y esto significaría que si se nos llamara a deponer nuestra armadura y a dormir el sueño de la muerte, no estaríamos listos para rendir cuenta de lo que se nos ha confiado. No olvidéis ni por un momento que sois la propiedad de Cristo, comprada a un precio infinito, y que debéis glorificarlo en vuestro espíritu y vuestro cuerpo, los cuales le pertenecen… RP 137.3

Dios ha provisto un bálsamo para cada herida. Hay un bálsamo en Galaad, y también hay un médico allí. ¿No estudiaréis las Escrituras como nunca antes? Buscad al Señor para que os proporcione sabiduría para cada emergencia. En cada prueba rogad a Jesús que os muestre el camino que os hará salir de vuestros problemas, y entonces vuestros ojos serán abiertos para que contempléis el remedio y apliquéis a vuestro caso las promesas sanadoras registradas en su Palabra. En esta forma el enemigo no encontrará lugar para induciros a lamentaros y a ser incrédulos; en lugar de esto tendréis fe, esperanza y valor en el Señor. El Espíritu Santo os dará un claro discernimiento para que veáis y os apropiéis de cada bendición, que servirá de antídoto contra la aflicción, como una rama sanadora para cada gota de amargura que se vierta en vuestros labios.—Mensajes Selectos 2:311-313. 

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *