Domingo 11 de junio – EL SELLO DE DIOS Y LA MARCA DE LA BESTIA – SEGUNDA PARTE

EL SELLO DE DIOS Y LA MARCA DE LA BESTIA – SEGUNDA PARTE “Entonces vi a otro ángel que subía…

 Domingo 11 de junio – EL SELLO DE DIOS Y LA MARCA DE LA BESTIA – SEGUNDA PARTE

EL SELLO DE DIOS Y LA MARCA DE LA BESTIA – SEGUNDA PARTE

“Entonces vi a otro ángel que subía del este con el sello del Dios vivo. Y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, quienes habían recibido poder de dañar la Tierra y el mar, y les dijo: ‘No dañen la Tierra, ni el mar, ni los árboles, hasta que sellemos en sus frentes a los siervos de nuestro Dios’ ” (Apoc. 7:2, 3).

Domingo: 11 de junio

LA HERIDA MORTAL

Como ya hemos estudiado, los poderes de las bestias de Apocalipsis 13 y 14 representan un sistema mundial de adoración falsa. Pero hay más.

Lee Apocalipsis 13:5; 12:6 y 14; y Daniel 7:25. Este poder, ¿cuánto tiempo dominaría el escenario religioso en los siglos anteriores?

 

Apocalipsis 13:5

También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses.

 

Apocalipsis 12:6 y 14

Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días.

14 Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo.

 

Daniel 7:25

25 Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.

La bestia continuaría por un período específico en la historia. En las profecías de tiempo simbólico, un día profético equivale a un año literal. En Números 14:34 leemos: “Un año por cada día”, que es la aplicación del principio bíblico de contar un día por un año. Una vez más, Dios dice: “un día por cada año” (Eze. 4:6). Este principio repetidamente ha demostrado ser exacto al interpretar las profecías bíblicas de tiempo, como con las 70 semanas de Daniel 9:24 al 27. Si calculamos el período que se menciona en Apocalipsis 13:5 de 42 meses, con 30 días en un mes, llegamos a 1.260 días proféticos, o años literales. Los calendarios antiguos tenían regularmente 360 días por año.

En el siglo IV, el emperador romano Constantino legalizó el cristianismo en todo el imperio. Cuando en 330 d.C. trasladó su capital a Bizancio para unir la parte oriental con la occidental de su imperio, dejó un vacío de liderazgo en Roma. Por ende, el Papa llenó este vacío. Llegó a ser no solo un poderoso líder religioso, sino también una reconocida fuerza política en Europa. En 538 d.C., Justiniano, el emperador romano pagano, concedió oficialmente al obispo de Roma el rol de defensor de la fe. La iglesia medieval ejerció gran influencia desde 538 hasta 1798, incluyendo la terrible persecución mencionada en la introducción de la lección. El general Berthier, que respondía a Napoleón, tomó al papa cautivo en 1798 d.C., en cumplimiento exacto de la profecía.

Berthier y su ejército capturaron al papa Pío VI y lo destituyeron del trono papal sin contemplaciones. El golpe al papado fue grave. Pero, según Apocalipsis 13:12, la herida mortal sanaría, y el mundo tendrá más noticias de este poder; muchas más…

Piensa en cuán asombrosa es la profecía bíblica y cómo nos revela el conocimiento divino acerca de los acontecimientos futuros. ¿Qué debe enseñarnos este hecho acerca de por qué podemos confiar en las promesas del Señor, incluso las que aún no vemos que se hayan cumplido?

Comentarios Elena G.W

Roma pretendió eliminar el segundo mandamiento de la ley de Dios, que prohíbe la adoración de imágenes, y dividió el décimo mandamiento en dos para conservar el número exacto.

Esa actitud de retroceso ante el paganismo abrió el camino para apartarse aún más de la autoridad del cielo. Satanás atacó al cuarto mandamiento también, y trató de poner a un lado el antiguo sábado, que Dios había bendecido y santificado, para exaltar en su lugar la fiesta que guardaban los paganos con el nombre de «venerable día del sol». Al principio ese cambio no se llevó a cabo abiertamente. En los primeros siglos todos los cristianos guardaban el sábado. Cuidaban celosamente el honor de Dios, y como creían que su ley era inmutable, conservaban religiosamente el carácter sagrado de sus preceptos. Pero con gran sutileza Satanás obró por medio de sus instrumentos para lograr sus propósitos. Para que la atención de la gente se dirigiera al domingo, lo convirtió en ‘una festividad en honor de la resurrección de Cristo. Se celebraban servicios religiosos ese día; no obstante, se lo consideraba aún como un día de recreación, y el sábado seguía siendo guardado religiosamente (La historia de la redención, pp. 344, 345).

«Le fue dada autoridad [a la bestia semejante a un leopardo] para hacer sus obras cuarenta y dos meses». Y dice el profeta: «Vi una de sus cabezas como si hubiese sido herida de muerte». Y además: «Si alguno lleva en cautiverio, al cautiverio Irá; si alguno mata con espada, es preciso que él sea muerto a espada». Los cuarenta y dos meses son lo mismo que «un tiempo, y dos tiempos, y la mitad de un tiempo», tres años y medio, 0 1.260 días de Daniel 7, el tiempo durante el cual el poder papal debía oprimir al pueblo de Dios. Este período… empezó con la supremacía del papado, en el año 538 d. C., y terminó en 1798. Entonces, el papa fue hecho prisionero por el ejército francés, el poder papal recibió su golpe mortal y quedó cumplida la predicción: «Si alguno lleva en cautiverio, al cautiverio irá» (El conflicto de los siglos, pp. 434, 435).

[L]o único en que podemos confiar en este mundo es la Palabra de Dios. «Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas». Mateo 6:33. Aun en esta vida, no puede beneficiarnos el apartarnos de la voluntad de nuestro Padre celestial. Cuando aprendamos a conocer el poder de su palabra no seguiremos las sugestiones de Satanás para obtener alimento o salvarnos la vida. Lo único que preguntaremos será: ¿Cuál es la orden de Dios, y cuál es su promesa? Conociéndolas, obedeceremos la primera y confiaremos en la segunda.

En el último gran conflicto de la controversia con Satanás, los que sean leales a Dios se verán privados de todo apoyo terrenal. Porque se niegan a violar su ley en obediencia a las potencias terrenales, se les prohibirá comprar o vender. Finalmente será decretado que se les dé muerte. Ver Apocalipsis 13:11-17. Pero al obediente se le hace la promesa: «Habitará en las alturas: fortalezas de rocas serán su lugar de acogimiento; se le dará su pan, y sus aguas serán ciertas». Isaías 33:16. Los hijos de Dios vivirán por esta promesa (El Deseado de todas las gentes, pp. 96, 97).

Elena G.W

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