Vivíamos en la selva en Perú en una casa de dos pisos, mi hijita estaba en el Nivel Inicial, en un curso pequeño con solo diez compañeritos. Tenía una tierna profesora que, me imagino, percibió que algunos de sus alumnos estaban sufriendo algún tipo de maltrato. Por lo tanto, en una clase hizo un círculo y comenzó a preguntarle a cada alumnito si sus padres los golpeaban en casa, o cómo los castigaban cuando se portaban mal. Cada pequeño comenzó a contar sus historias, algunas más tristes y trágicas que otras.
Mientras mi hija escuchaba notó que todas las historias eran impactantes. Ya casi era su turno, y no tenía nada para contar, así que se le ocurrió una historia. Cuando su profesora le preguntó si la castigaban, ella dijo:
–Sí, cuando me porto mal, mi mamá me tira del segundo piso.
¡Todos la miraron boquiabiertos! Al día siguiente la profesora me citó para contarme lo sucedido. Nos reímos muchísimo y le preguntamos a mi hija por qué había dicho eso. Ella respondió:
–Yo quería que mi historia fuera la más triste de todas.