Seguramente ya leíste la historia de David, un niño como tú, que tenía muchas preguntas. Él quiso saber quién era Elena de White y por qué era tan especial. Él oía hablar mucho de ella, y se preguntaba ¿qué tan interesante será la historia de su vida? Con amor, la mamá le contó.
Elena Harmon era una niñita como las demás. Le encantaba jugar y ayudar a su mamá. Aprendió a cantar, orar y amar a Jesús e iba a la escuela siempre contenta. Una tarde, una niña le arrojó una piedra en el rostro, y la lastimó mucho. Tan grave fue la herida que Elena tuvo que quedarse en cama y no pudo ir más a la escuela.
Aun así, abría su Biblia y hablaba con Dios en oración. Elena le entregó su corazón a Jesús y pidió ser bautizada. ¡Quería ser amiga de Jesús por siempre! Entonces Dios hizo que su vida tomara un rumbo especial. A los 17 años, Elena se convirtió en mensajera de Dios. En sueños recibía los mensajes en forma de visiones y los transmitía a las personas. Comprendió que, aunque surgieran dificultades, todos debían mirar a Jesús para andar por el camino correcto.
Cuando creció, conoció a un predicador llamado Jaime White. Después de un tiempo, se casaron y se convirtió en Elena de White. Dios la eligió para anunciar el pronto regreso de Jesús. Él quiere que todos lo conozcan, lo amen y estén preparados para recibirlo cuando venga para llevarnos al cielo.