En muy raro encontrar edificios públicos en los que no encontremos al menos una escalera. Las hay en hospitales, municipios, hoteles y escuelas. Las escaleras se utilizan desde tiempos remotos en todo tipo de construcciones. Una de las más bellas es la de Plaza España, en Roma, Italia. Tiene 135 peldaños en un descenso de 34 metros, que los turistas usan para llegar a la iglesia que está en el extremo o simplemente para sentarse y descansar.
Recuerdo que en París estuvimos a punto de subir la Torre Eiffel, pero cuando llegamos al ascensor, la fila era muy larga. Entonces pensamos en subir a pie, pero los 1.665 escalones nos hicieron desistir.
Las escaleras mecánicas son una interesante solución, pero reconozcamos que no abundan. Hay escaleras metálicas, de madera, de piedra o de mármol.
Cuando alguien quiere alcanzar una meta, se habla de subir escalón por escalón, por ejemplo: “10 escalones para alcanzar la felicidad”. Hoy ascenderemos juntos los siete peldaños de la salvación. Dios fue bueno poniendo pocos “escalones”. ¡Jesús ya hizo todo cuando murió por nosotros en la cruz!
1er escalón: Acepta la gracia inmerecida de Jesús. Efesios 2:8 nos dice que somos salvos por gracia. ¡Agradécela!