3 de Septiembre – Permanecer – Un Rayito De Luz Para Cada Día

“Permaneced en mí, y yo en vosotros” (Juan 15:4 p.p.) Andar entre los viñedos mendocinos es muy refrescante. El olor…

 3 de Septiembre – Permanecer – Un Rayito De Luz Para Cada Día

“Permaneced en mí, y yo en vosotros” (Juan 15:4 p.p.)

Andar entre los viñedos mendocinos es muy refrescante. El olor a uvas nos hace saborear su dulce sabor con la imaginación. Jesús dijo: “Yo soy la vid”. ¿Por qué esta planta es tan especial? La vid es una planta productiva y fructífera; una sola cepa produce muchas guías y muchos racimos.

En el Antiguo Testamento, las uvas simbolizan la capacidad de Israel de estar unidos a Jesús y de llevar fruto haciendo la obra de Dios en la Tierra. Cristo es la Vid y Dios es el Labrador que cuida de los pámpanos para lograr que produzcan frutos. ¡Los pámpanos somos nosotros!, todos los que nos declaramos ser seguidores de Jesús. ¿Eres tú uno de ellos?

Los pámpanos muy fructíferos son aquellos verdaderos creyentes que, mediante una unión fuerte e íntima con Cristo, llevan frutos abundantes y deliciosos. Hacen su voluntad. Pero la Biblia también dice que hay uvas agrias: son aquellos pámpanos que se tornan improductivos. Estos representan a los que se arrepienten de seguir a Cristo, y después de comprometerse superficialmente, se separaran de él como la ramita de la planta. ¿Qué hacer con esa ramita?

Jesús establece la diferencia entre estos dos tipos de poda: quitar y limpiar. Las ramas que llevan fruto se limpian a fin de promover el crecimiento de la vid. En otras palabras, a veces Dios debe disciplinarnos para fortalecer nuestro carácter y nuestra fe. Pero las ramas que no llevan fruto se quitan del tronco porque no solo son inútiles, sino que a menudo afectan el crecimiento de la planta. Las personas

que no llevan fruto para Dios a veces también intentan bloquear los esfuerzos de los que lo siguen.

Pero hablemos de los que llevan frutos abundantes. Jesús nos invita a permanecer en él. Usamos este verbo cuando queremos expresar determinación y perseverancia. Los que permanecen haciendo aquello que se propusieron lograr, sin desalentarse, alcanzan el éxito. El capítulo 15 del evangelio de Juan repite muchas veces palabra “permaneced”, de forma imperativa, y de forma condicional: “si permaneciereis”, así como un consejo que debe ser tenido muy en cuenta. Por lo tanto prestemos mucha atención y analicemos con cuidado qué quiso decir Jesús. Permitamos que su Palabra llene nuestras mentes, dirija nuestra voluntad y nos transforme a su semejanza. ¿Permaneceremos en Cristo? Mirta

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