Viernes 10 de noviembre – PARA ESTUDIAR Y MEDITAR – MOTIVACIÓN Y PREPARACIÓN PARA LA MISIÓN

MOTIVACIÓN Y PREPARACIÓN PARA LA MISIÓN “Estas son las palabras que les hablé cuando estaba aún con ustedes; que era…

 Viernes 10 de noviembre – PARA ESTUDIAR Y MEDITAR – MOTIVACIÓN Y PREPARACIÓN PARA LA MISIÓN

MOTIVACIÓN Y PREPARACIÓN PARA LA MISIÓN

“Estas son las palabras que les hablé cuando estaba aún con ustedes; que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos” (Luc. 24:44).

Viernes: 10 de noviembre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

Nuestra obra misionera debe surgir de un profundo amor agradecido por lo que Jesús ha hecho y está haciendo en nuestra vida. Cualquier otra motivación es errónea. Estar inmersos en la Palabra y en sintonía con la Palabra es la clave para el éxito de la predicación y la evangelización.

“Nuestra vida debe estar ligada a la vida de Cristo; debemos extraer constantemente de él, participar de él, el Pan vivo que descendió del Cielo, bebiendo de una fuente siempre fresca, siempre ofreciendo sus abundantes tesoros. Si mantenemos al Señor constantemente delante de nosotros, y permitimos que nuestros corazones expresen el agradecimiento y la alabanza a él debidos, tendremos una frescura perdurable en nuestra vida religiosa. Nuestras oraciones tomarán la forma de una conversación con Dios, como si habláramos con un amigo. Él nos dirá sus misterios personalmente. A menudo nos vendrá un dulce y gozoso sentido de la presencia de Jesús. A menudo nuestro corazón arderá dentro de nosotros mientras él se acerque para ponerse en comunión con nosotros como lo hizo con Enoc. Cuando esta es en verdad la experiencia del cristiano, se ven en su vida una sencillez, una humildad, una mansedumbre y una bondad de corazón que muestran a todos aquellos con quienes se relaciona que ha estado con Jesús y aprendido de él” (Elena de White, Palabras de vida del gran Maestro, p. 100).

“No puede haber crecimiento o fructificación en la vida que se centra en el yo. Si has aceptado a Cristo como un Salvador personal, debes olvidarte de ti mismo y tratar de ayudar a otros. Habla del amor de Cristo, cuenta [a los demás acerca de su muerte abnegada en su favor]. […] A medida que recibas el Espíritu de Cristo –el Espíritu de amor desinteresado y trabajo por otros–, crecerás y darás frutos. […] Tu fe se incrementará, tus convicciones se profundizarán, tu amor se perfeccionará” (ibíd., p. 47)

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. ¿Cómo entiendes las palabras de Pablo en Filipenses con respecto a la predicación de Cristo por envidia, contienda o ambición egoísta? ¿Cómo podemos asegurarnos de no ser culpables de hacer precisamente eso?

  2. ¿Cuál ha sido tu experiencia personal con la realidad de Dios y de su amor? Es decir, sobre la base de tus propias experiencias, ¿podrías predicar a otros con sinceridad y honestidad acerca de la bondad y el amor de Dios? ¿Cuál sería tu testimonio?

  3. ¿Cuál ha sido tu experiencia en cuanto a esperar en el Señor, y qué te ha enseñado sobre la confianza en él y sobre la fe en general?

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