Lunes 18 de marzo – CANTA AL SEÑOR UN CÁNTICO NUEVO – ADORACIÓN SIN FIN
ADORACIÓN SIN FIN “Al Señor cantaré en toda mi vida, a mi Dios salmearé mientras viva” (Sal. 104:33). Lunes: 18…
ADORACIÓN SIN FIN
“Al Señor cantaré en toda mi vida, a mi Dios salmearé mientras viva” (Sal. 104:33).
Lunes: 18 de marzo
CANTA AL SEÑOR UN CÁNTICO NUEVO
Lee Salmos 33:3; 40:3; 96:1; 98:1; 144:9; y 149:1. ¿Cuál es la temática común en estos textos?
Salmos 33:3
3 Cantadle cántico nuevo; Hacedlo bien, tañendo con júbilo.
Salmos 40:3
3 Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová.
Salmos 96:1
1 Cantad a Jehová cántico nuevo; Cantad a Jehová, toda la tierra.
Salmos 98:1
1 Cantad a Jehová cántico nuevo, Porque ha hecho maravillas; Su diestra lo ha salvado, y su santo brazo.
Salmos 144:9
9 Oh Dios, a ti cantaré cántico nuevo; Con salterio, con decacordio cantaré a ti.
Salmos 149:1
1 Cantad a Jehová cántico nuevo; Su alabanza sea en la congregación de los santos.
Los salmos convocan a la gente a cantar una “canción nueva”. ¿Qué es una “canción nueva” aquí? El motivo de la “canción nueva” es el nuevo reconocimiento de la majestad y la soberanía del Señor sobre el mundo, y la gratitud por su cuidado y su salvación como Creador y Juez de la Tierra. La liberación de los enemigos y de la muerte, y el favor especial de Dios hacia Israel, son algunos de los motivos más personales para entonar “una canción nueva”. Aunque otras canciones también alaban al Señor por su bondad y sus maravillas, la “canción nueva” es un cántico especial, que expresa un gozo reavivado y la promesa de una devoción renovada a Dios. La nueva experiencia de liberación divina inspira al pueblo a reconocer al Señor como su Creador y su Rey. Los temas comunes en los salmos que hablan de una “canción nueva” son la confianza en Dios, la alabanza por sus maravillosas obras y la liberación de la aflicción, entre otras cosas.
Lee Isaías 42:10 al 12; y Apocalipsis 5:9 y 14:3. ¿Qué podemos inferir acerca de la “canción nueva”, o “cántico nuevo”, a partir de estos textos bíblicos?
Isaías 42:10-12
10 Cantad a Jehová un nuevo cántico, su alabanza desde el fin de la tierra; los que descendéis al mar, y cuanto hay en él, las costas y los moradores de ellas. 11 Alcen la voz el desierto y sus ciudades, las aldeas donde habita Cedar; canten los moradores de Sela, y desde la cumbre de los montes den voces de júbilo. 12 Den gloria a Jehová, y anuncien sus loores en las costas.
Apocalipsis 5:9
9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
Apocalipsis 14:3
3 Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra.
Al pueblo de Dios, Israel, se lo describe en términos afectuosos como un “pueblo allegado a él [Dios]” (Sal. 148:14); lo que implica que, de toda la Creación, Israel es el más especial y, por ende, quien está más obligado a alabar a Dios, pero también el más privilegiado de hacerlo. Así, la Biblia anima a los creyentes de todas las generaciones a entonar la canción nueva en alabanza a su Redentor, que lleva su testimonio único sobre la salvación en la sangre del Cordero. Una “canción nueva” puede representar un cántico novedoso que nadie ha escuchado antes, una canción que conmemora una experiencia vívida con la gracia de Dios en la vida personal. La “canción nueva” también puede expresar esperanza, en cuyo caso la novedad del cántico se demuestra en el anhelo de la experiencia única y sin precedentes de la majestad de Dios en el futuro. El verdadero culto va más allá de los sacrificios y las ofrendas, y refleja una relación viva con Dios, siempre fresca y dinámica. En cierto sentido, se podría decir, simplemente, que la “canción nueva” es una expresión nueva, e incluso diaria, de nuestros amor y aprecio por lo que Dios ha hecho por nosotros.
Considera las bendiciones que Dios derrama sobre tu vida. Si tuvieras que entonar una nueva canción, ¿cuál sería?
Comentarios Elena G.W
El Señor desea que mencionemos su bondad y hablemos de su poder. Se le honra mediante la expresión de alabanza y agradecimiento. Él dice: «El que sacrifica alabanza me honrará» Salmo 50:23. Cuando los hijos de Israel viajaban por el desierto, alababan a Dios con himnos sagrados. Los mandamientos y las promesas de Dios fueron provistos de música y a lo largo de todo el sendero fueron cantados por los peregrinos. Y en Canaán, al participar de las fiestas sagradas, las maravillosas obras de Dios habían de ser repasadas, y se había de ofrecer el agradecimiento debido a su nombre. Dios deseaba que toda la vida de su pueblo fuera una vida de alabanza. En esa forma los caminos de Dios habían de ser conocidos «en la tierra», y su salud «en todas las gentes» Salmo 67:2 (Palabras de vida del gran Maestro, p. 240).
Al ser perdonado el pecador de su transgresión por los méritos de Cristo, al ser revestido de la justicia de Cristo por la fe en él, declara con el salmista: «¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! sí, más dulces que la miel a mi boca». «Más codiciables son que el oro, sí, que mucho oro fino; más dulces también que la miel y el panal». Esto es conversión. Cuando el Espíritu de Dios controla la mente y el corazón, convierte los corazones de los padres a los hijos, y los desobedientes a la sabiduría de los justos. La ley de Jehová será considerada entonces como un trasunto del carácter divino, y un cántico nuevo brota del corazón que ha sido tocado por la gracia divina; porque se da cuenta de que la promesa de Dios se ha cumplido en su experiencia, que su transgresión ha sido perdonada, su pecado cubierto. Ha ejercido el arrepentimiento hacia Dios por la violación de su ley, y la fe hacia nuestro Señor Jesucristo que ha muerto para su justificación (The Review and Herald, 21 de junio, 1892, párrafo 6).
Hay un día que pronto ha de amanecer sobre nosotros, cuando los misterios de Dios serán comprendidos y todos sus caminos vindicados; cuando la justicia, la misericordia y el amor serán los atributos de su trono. Cuando la guerra terrenal haya terminado y los santos estén todos reunidos en el hogar, nuestro primer tema será el cántico de Moisés, siervo de Dios. El segundo tema será el cántico del Cordero, el cántico de la gracia y la redención. Este canto será más potente, y se entonará con acentos más elevados y sublimes que resonarán por los atrios celestiales… Este es el tema, este es el canto —Cristo el todo y en todo—, en himnos de alabanza que resuenan a través del cielo entonados por millares y millones de redimidos. Todos unen sus voces en este cántico de Moisés y del Cordero. Es un cántico nuevo, porque nunca antes se ha entonado en el cielo (Testimonios para los ministros, p. 433).