Sábado 1 de junio – EL ESPIRITISMO DESENMASCARADO

EL ESPIRITISMO DESENMASCARADO “El mismo Señor descenderá del Cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta…

 Sábado 1 de junio – EL ESPIRITISMO DESENMASCARADO

EL ESPIRITISMO DESENMASCARADO

“El mismo Señor descenderá del Cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes, a recibir al Señor en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tes. 4:16, 17).

Sábado: 1 de junio

EL ESPIRITISMO DESENMASCARADO

En todo el mundo, millones de personas creen que después de fallecer los muertos siguen existiendo de manera consciente e incorpórea. Esta creencia es el fundamento del espiritismo, uno de los engaños más extendidos y eficaces de Satanás. Por cierto, el espiritismo tuvo sus comienzos en el Edén con la mentira de la serpiente a Adán y a Eva: “No morirán” (Gén. 3:4). A lo largo de la historia ha adoptado diversas formas, pero siempre con la premisa subyacente de que la vida continúa incluso después de la muerte. En el conflicto final de la Tierra, Satanás engañará a millones de personas mediante fenómenos espiritistas. El libro de Apocalipsis indica que esta es una de las formas en que intentará someter al mundo bajo su control.

El objetivo de esta lección es mostrar que nuestra única salvaguardia contra los engaños de Satanás en los últimos días es una relación personal con Cristo y una sólida base en las enseñanzas de la Biblia. Esto incluye sus enseñanzas sobre la muerte, a pesar de lo que nuestros ojos, oídos y el corazón traten de decirnos. La lección de esta semana se basa en El conflicto de los siglos, capítulos 31 al 34.

Comentarios Elena G.W

La creencia en la comunión con los muertos prevalece aún hoy día, hasta entre los pueblos que profesan ser cristianos. Bajo el nombre de espiritismo, la práctica de comunicarse con seres que dicen ser los espíritus de los desaparecidos se ha generalizado mucho. Tiende a conquistar la simpatía de quienes perdieron seres queridos. A veces se presentan a ciertas personas seres espirituales en la forma de sus amigos difuntos, y les describen incidentes relacionados con la vida de ellos, o realizan actos que ejecutaban mientras vivían. En esta forma inducen a los hombres a creer que sus amigos difuntos son ángeles, que se ciernen sobre ellos y se comunican con ellos. Los seres que son así considerados como espíritus de los desaparecidos, son mirados con cierta idolatría, y para muchos la palabra de ellos tiene más peso que la palabra de Dios (Historia de los patriarcas y profetas, pp. 739, 740).

Es un hecho incontestable que la esperanza de pasar al morir a la felicidad eterna ha llevado a un descuido general de la doctrina bíblica de la resurrección. Esta tendencia ha sido notada por el Dr. Adam Clarke, quien escribió: «¡La doctrina de la resurrección parece haber sido mirada por los cristianos como si tuviera una importancia mucho mayor que la que se le concede hoy! ¿Cómo es eso? Los apóstoles insistían siempre en ella y por medio de ella incitaban a los discípulos de Cristo a que fuesen diligentes, obedientes y de buen ánimo. Pero sus sucesores actuales casi nunca la mencionan. Tal la predicación de los apóstoles, y tal la fe de los primitivos cristianos; tal nuestra predicación y tal la fe de los que nos escuchan. No hay doctrina en la que el evangelio insista más; y no hay doctrina que la predicación de nuestros días trate con mayor descuido» (Commentary on the New Testament, tomo II, comentario general de 1 Corintios 15, p. 3)…

[C]uando Jesús estaba a punto de dejar a sus discípulos, no les dijo que irían pronto a reunírsele. «Voy a prepararos el lugar —les dijo  Y si yo fuere y os preparare el lugar, vendré otra vez, y os recibiré conmigo». Juan 14:2, 3. Y San Pablo… recuerda a sus hermanos la futura venida del Señor, cuando las losas de las tumbas serán rotas y «los muertos en Cristo» resucitarán para la vida eterna (El conflicto de los siglos, pp. 535, 536).

Cristo reclama como suyos a todos los que han creído en su nombre. El poder vitalizador del Espíritu de Cristo que mora en el cuerpo mortal, vincula a cada alma creyente a Jesucristo. Los que creen en Jesús son sagrados para su corazón, porque su vida está oculta con Cristo en Dios. El Dador de la vida pronunciará esta orden: «¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos». Isaías 26:19.

El Dador de la vida llamará a su posesión adquirida en la primera resurrección, y hasta esa hora triunfante, cuando resuene la trompeta final y el vasto ejército avance hacia la victoria eterna, cada santo que duerme será mantenido en seguridad y guardado como una joya preciosa, como quien es conocido por Dios por su nombre. Resucitarán por el poder del Salvador que moró en ellos mientras vivieron y porque fueron participantes de la naturaleza divina (Mensajes selectos, t. 2, pp. 309, 310).

Elena G.W

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