Julio 13 – COMPAÑERISMO EN LA FAMILIA – Mi Vida Hoy

Cuando regresa de sus tareas diarias, el padre no debe llevar sus problemas al hogar. Debe considerar que el hogar y la familia son demasiado sagrados para mancillarlos con preocupaciones desagradables. Cuando salió de la casa no dejó al Salvador y su religión detrás. Ambos son sus compañeros. La grata influencia de su hogar, la bendición de su esposa, y el amor de sus hijos alivian sus cargas; y vuelve con paz en el corazón y dirige palabras animosas y alegres a su esposa y a sus hijos, que han estado aguardando gozosamente para darle la bienvenida. (RH, 08-08-1899)

Para él debe ser un cambio agradable pasar algún tiempo con los niños. Puede llevarlos al jardín y mostrarles los capullos que se abren y los variados matices de las flores abiertas…Puede grabar en sus mentes el hecho de que si Dios cuida tanto de los árboles y las flores, mucho más velará por los seres que formó a su imagen. Puede ayudarles a comprender desde sus primeros años que Dios desea que los niños sean encantadores, no por los adornos externos, sino por la hermosura de su carácter y los atractivos de la bondad y el cariño, que henchirán sus corazoncitos de gozo y felicidad. (ST, 06-12-1877)

Si las personas frívolas y amantes de los placeres permitieran que su mente se espaciara en lo real y verdadero, el corazón no podría menos que sentirse lleno de reverencia, y adorar al Dios de la naturaleza. (YI, 06-05-1897)

Si queréis acercar vuestros hijos a Jesús, no debéis entrar en vuestra casa con el rostro ceñudo y expresando irritación. Si volvéis preocupados y agotados de vuestro trabajo, pedid a Dios que os dé su gracia y su Espíritu lleno de paz, para que vuestro corazón se deslía en ternura, de modo que vuestros labios desprendan palabras  bondadosas y confortantes. Ligad vuestros hijos a vuestro corazón. Encareced vuestra religión a su vista revelando su agradabilidad. (ST, 22-02-1892) (205)