Agosto 08 – RESTAURAD LAS ANTIGUAS CALZADAS – Mi Vida Hoy

La obra que se define con estas palabras es la que Dios exige de su pueblo. Es una tarea asignada por Dios mismo. En la obra de defender los mandamientos de Dios y de reparar la brecha que se ha abierto en la ley de Dios, debemos mezclar compasión por la sufriente humanidad. Debemos manifestar amor supremo hacia Dios; debemos exaltar su monumento recordativo, que ha sido hollado por pies profanos; y junto con todo esto, tenemos que manifestar misericordia, benevolencia y la más tierna piedad por la raza caída. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Como un pueblo que somos debemos abocarnos a esta tarea. El amor revelado por la sufriente humanidad confiere significado y poder a la verdad. (Special Testimonie, Serie A, Nº 10, páginas 3-4)

La evangelización del mundo es la obra que Dios ha encomendado a los que salen en su nombre. Ellos han de ser coadjutores de Cristo, y revelarán el amor tierno y compasivo de Jesús frente a los que están por perecer. Dios necesita millares que trabajen por él, no para que prediquen a los que ya conocen la verdad, recorriendo una y otra vez el mismo territorio, sino para que amonesten a los que jamás oyeron el último mensaje de misericordia. Trabajad, henchido vuestro corazón de un ardiente anhelo de salvar almas. Haced obra médico-misionera. Así conseguiréis llegar al corazón de la gente y quedará preparado el camino para proclamar la verdad con más pujanza. Descubriréis que al aliviar el sufrimiento físico de la gente, tendréis oportunidad de atender a sus necesidades espirituales.

El Señor os hará triunfar en esta obra; porque el Evangelio es potencia de Dios para salud cuando se funde con la vida práctica, cuando se lo vive y practica. La fusión de la obra cristiana en favor del cuerpo, y del alma es la verdadera interpretación del Evangelio. (RH, 04-04-1902) (232)