Miércoles 28 de agosto – DEBERES TERRENALES Y RESULTADOS CELESTIALES – CONTROVERSIAS EN JERUSALÉN

CONTROVERSIAS EN JERUSALÉN “Y cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que su Padre que está en…

 Miércoles 28 de agosto – DEBERES TERRENALES Y RESULTADOS CELESTIALES – CONTROVERSIAS EN JERUSALÉN

CONTROVERSIAS EN JERUSALÉN

“Y cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que su Padre que está en los cielos perdone también sus ofensas” (Mar. 11: 25).

Miércoles: 28 de agosto

DEBERES TERRENALES Y RESULTADOS CELESTIALES

Lee Marcos 12:13 al 27. ¿Qué está ocurriendo aquí y qué verdades enseña Jesús?

 

Marcos 12:13-27

13 Y le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos, para que le sorprendiesen en alguna palabra. 14 Viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres hombre veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Es lícito dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos? 15 Mas él, percibiendo la hipocresía de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis? Traedme la moneda para que la vea. 16 Ellos se la trajeron; y les dijo: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Ellos le dijeron: De César. 17 Respondiendo Jesús, les dijo: Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaron de él. 18 Entonces vinieron a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron, diciendo: 19 Maestro, Moisés nos escribió que si el hermano de alguno muriere y dejare esposa, pero no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano. 20 Hubo siete hermanos; el primero tomó esposa, y murió sin dejar descendencia. 21 Y el segundo se casó con ella, y murió, y tampoco dejó descendencia; y el tercero, de la misma manera. 22 Y así los siete, y no dejaron descendencia; y después de todos murió también la mujer. 23 En la resurrección, pues, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será ella mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer? 24 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: ¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios? 25 Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles que están en los cielos. 26 Pero respecto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? 27 Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos; así que vosotros mucho erráis.

Los líderes religiosos estaban tratando de sorprender a Jesús en algo que pudieran usar para condenarlo ante el gobernador romano o ante el pueblo. En el caso de esta controversia, la cuestión giraba en torno al pago de impuestos. En esa época y lugar, negarse a pagar los impuestos podía ser interpretado como un acto de rebelión contra el Gobierno romano, un delito grave.

La respuesta de Jesús acerca de dar a César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios lo puso a salvo de una trampa, pero también significó una profunda lección sobre la responsabilidad del creyente hacia el Gobierno. Jesús “declaró que, ya que estaban viviendo bajo la protección del poder romano, debían dar a ese poder el apoyo que exigía mientras no estuviese en conflicto con un deber superior. Pero, mientras se sujetasen pacíficamente a las leyes del país, debían en toda oportunidad tributar su primera fidelidad a Dios” (DTG 554).

Lo que viene luego es una pregunta acerca de la resurrección de los muertos. Los saduceos eran un grupo sacerdotal que aceptaba solo los cinco libros de Moisés como Escritura. No creían en la resurrección de los muertos. El escenario que presentaron a Jesús fue probablemente hipotético, y tenía que ver con siete hermanos y una mujer. De acuerdo con la ley de Moisés, a fin de preservar la propiedad dentro de la familia, cuando un hombre moría sin dejar descendientes, su hermano debía casarse con la viuda, y el primogénito resultante de esa unión era considerado legalmente como hijo del difunto (Deut. 25:5-10).

Procurando desacreditar la doctrina de la resurrección, los saduceos proponen aquí un dilema moral: ¿De cuál de los hermanos será esposa la mujer cuando ocurra la resurrección? Jesús contrarresta el argumento de ellos en dos pasos, haciendo referencia a las Escrituras y al poder de Dios. Primero, describe el poder de Dios en la resurrección e indica que la institución del matrimonio ya no existirá en el Cielo. Luego, defiende la doctrina de la resurrección apelando a Éxodo 3, donde Dios dice que es Dios de Abrahán, Isaac y Jacob. Jesús da a entender que esto significa que Dios los resucitará; ellos no pueden permanecer muertos si Dios es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, quienes están, por ahora, muertos.

Si alguien te preguntara si conoces el poder de Dios, ¿qué le responderías y por qué?

Comentarios Elena G.W

Las teorías y especulaciones humanas nunca conducirán a una comprensión de la Palabra de Dios. Aquellos que suponen que entienden de filosofía piensan que sus explicaciones son necesarias para abrir los tesoros del conocimiento e impedir que las herejías se introduzcan en la iglesia. Pero son estas explicaciones las que han introducido falsas teorías y herejías…

Los sacerdotes y los fariseos pensaban estar haciendo grandes cosas como maestros, colocando sus propias interpretaciones por sobre la Palabra de Dios; pero Cristo dijo de ellos: «No sabéis las Escrituras, ni la potencia de Dios». Marcos 12:24. Los declaró culpables de enseñar «como doctrinas mandamientos de hombres». Marcos 7:7. Aunque ellos eran los maestros de los oráculos divinos, aunque se suponía que entendían la Palabra, no eran hacedores de la misma. Satanás había cegado sus ojos, de tal manera que no viesen su verdadera importancia (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 81, 82).

Todos los milagros que Jesús realizó fueron para bendecir a los que los dirigentes judíos abandonaban, despreciaban y no querían ayudar. Fue amado [por la gente común] porque era el Restaurador, el gran Médico. Todos sus beneficios eran luz del cielo. Mediante todas sus buenas obras trató de inducirlos a aceptarlo como su Salvador personal. Su vida era fragante, con sabor de vida para vida. Trajo la luz del sol al corazón y al hogar. Acudían a él afligidos, y se iban alegres, con himnos de alabanza. Se ofreció a sí mismo para que ellos le dieran un hogar en sus corazones.

Pero ellos [los dirigentes judíos] no lo querían recibir. Mientras pretendían guardar la ley, la invalidaban mediante sus acciones. Aunque tenían ojos, no veían debido a la ignorancia que había en ellos por la dureza de su corazón. La impureza de sus corazones, las costumbres contaminadoras de sus vidas, su egoísmo, su envidia, sus celos, sus malas sospechas, su transgresión de la ley de Dios mientras pretendían guardarla, continuamente daban testimonio de su carácter. Al árbol se lo conoce por sus frutos. Cristo desenmascaró su verdadero carácter (Cada día con Dios, p. 273).

En ningún pasaje de las Santas Escrituras se encuentra declaración alguna de que los justos reciban su recompensa y los malos su castigo en el momento de la muerte. Los patriarcas y los profetas no dieron tal seguridad. Cristo y sus apóstoles no la mencionaron siquiera. La Biblia enseña a las claras que los muertos no van inmediatamente al cielo. Se les representa como si estuvieran durmiendo hasta el día de la resurrección. I Tesalonicenses 4: 14; Job 14:10-12. El día mismo en que se corta el cordón de plata y se quiebra el tazón de oro (Eclesiastés 12:6), perecen los pensamientos de los hombres. Los que bajan a la tumba permanecen en el silencio. Nada saben de lo que se hace bajo el sol. Job 14:21. ¡Descanso bendito para los exhaustos justos! Largo o corto, el tiempo no les parecerá más que un momento. Duermen hasta que la trompeta de Dios los despierte para entrar en una gloriosa inmortalidad (El conflicto de los siglos, p. 537).

Elena G.W

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