• octubre 6, 2024

Octubre 06 – POR LA PALABRA DE DIOS – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA REVERENTE MI VIDA HOY Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis…

 Octubre 06 – POR LA PALABRA DE DIOS – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA REVERENTE

MI VIDA HOY

Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mandare, para que os vaya bien. (Jer. 7:23)

Vosotros y yo necesitamos que se aclare e intensifique la visión espiritual para contemplar su plan de la redención como nunca lo vimos antes. Queremos que nuestros corazones sientan los vigorosos latidos del amor de un Salvador. Al escudriñar las Escrituras, al alimentaron con las palabras de vida, considerad que ellas son la voz de Dios que habla al alma. A veces confundimos las voces de nuestros amigos; pero en la Biblia tenemos las instrucciones de Dios respecto a todos los asuntos importantes que conciernen a nuestros intereses de orden eterno, y además, podemos aprender mucho en cuanto a los asuntos temporales. Estas enseñanzas siempre se adaptarán a las circunstancias por las que estemos atravesando y estarán destinadas a prepararnos para soportar la prueba y capacitarnos para realizar la obra que Dios nos encomendó. (Carta 94, 1893)

La Biblia es la voz del Señor que nos habla tal como si pudiéramos escucharla con nuestros oídos. Si comprendiéramos eso, ¡con cuánto temor abriríamos la Palabra de Dios y con cuánto fervor escudriñaríamos sus preceptos! Entonces consideraríamos que la lectura y contemplación de las Escrituras es algo así como una audiencia con el Infinito. (ST, 04-04-1906)

Debemos abrir la Palabra de Dios con reverencia y con el sincero deseo de conocer la voluntad de Dios con respecto a nosotros. Entonces los ángeles celestiales orientarán nuestro escudriñamiento. Dios nos habla en su Palabra. Estamos en la sala de audiencias del Altísimo, en la presencia misma de Dios. Cristo entra en el corazón. (ST, 28-03-1906)

Demostrad que reverenciáis vuestra fe, hablando con reverencia de las cosas sagradas. Nunca permitáis que escape de vuestros labios una sola expresión liviana o frívola cuando citáis las Escrituras. Al tomar la Biblia en vuestras manos, recordad que estáis en terreno santo. (FEC:194-195) (293)

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *