• octubre 12, 2024

Octubre 12 – DIOS ES MI PADRE – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA REVERENTE MI VIDA HOY Mirad cuál amor nos ha dado el Padre que seamos llamados hijos de…

 Octubre 12 – DIOS ES MI PADRE – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA REVERENTE

MI VIDA HOY

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre que seamos llamados hijos de Dios. (1 Juan 3:1)

¡Qué amor incomparable éste, que permite que siendo pecadores y extranjeros, podamos volver a Dios y ser adoptados en su familia! Podemos dirigirnos a él usando el tierno nombre de “Padre,” que es una muestra del afecto que le profesamos y una prenda de su tierno cuidado por nosotros. Al contemplar a los herederos de la gracia, el Hijo de Dios “no se avergüenza de llamarlos hermanos.” Tienen una relación con Dios más sagrada que la de los ángeles que nunca cayeron.

Todo el amor de padre que, en el curso de una generación tras otra, ha encendido los corazones humanos, todas las fuentes de ternura que se abrieron en las almas de los hombres, no son nada más que un diminuto arroyuelo frente a un océano ilimitado cuando se comparan con el infinito e inagotable amor de Dios. La lengua no lo puede expresar; la pluma no es capaz de describirlo. Podéis meditar en él todos los días de la vida; podéis escudriñar las Escrituras con diligencia a fin de comprenderlo y empeñar todas las facultades y talentos que Dios os ha dado en un esfuerzo por captar el amor y compasión del Padre celestial; y con todo os quedará una infinidad por comprendo. (BE, 15-08-1889)

Dios contempla la imagen de su Hijo unigénito en cada uno de sus hijos. Los contempla con amor inexpresable. Los rodea con los brazos de su amor. El Señor se regocija en su pueblo. (Carta 30, 1892)

Nos ha redimido del mundo abandonado, y nos ha escogido para que lleguemos a ser miembros de la familia real, hijos e hijas del Rey del cielo. Nos invita a confiar en él con una confianza más profunda y más fuerte que aquella que un hijo deposita en un padre terrenal. (LP:128)

Dios es un Padre tierno, celestial y compasivo para nosotros. (MS 1, 1891) (299)

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