Octubre 18 – VIDA ABUNDANTE EN CRISTO – Mi Vida Hoy

Todos los seres creados viven por la voluntad y el poder de Dios. Reciben la vida del Hijo de Dios. Por capaces y talentoso: que sean, por notables que sean sus dones, reciben nueva provisión de vida de parte de la fuente de toda vida. El es el manantial de la vida. Solamente el único que posee inmortalidad, que mora en la luz y la vida pudo decir: “Tengo poder para ponerla [su vida], y tengo poder para volverla a tomar…”

Cristo tenía derecho a conferir inmortalidad. La vida que  el había infundido en la humanidad, volvió a tomarla y a conferirla a la raza humana. “He venido para que tengan vida—dice—y pan que la tengan en abundancia…”

Todos los que son uno con Cristo, por fe en él adquieren experiencia que será vida para vida eterna…”Porque yo vivo… vosotros también viviréis.”

Cristo se identificó con los seres humanos, para que éstos pudieran ser uno en Espíritu y vida con él. En virtud de esta unión a obediencia a la Palabra de Dios, su vida llega a ser la vida de ellos. Cristo dice al penitente: “Yo soy la resurrección y la vida”. Para Cristo la muerte es un sueño: silencio, tinieblas, sueño. Se refiere a ella como si fuera un breve momento. “Todo aquel que vive y cree en mí—dice—no morirá eternamente…”Y para el creyente la muerte es asunto de poca importancia. Para él la muerte no es nada más que un sueño. (YI, 04-08-1898)

El mismo poder que resucitó a Cristo de los muertos resucitaría a su iglesia, y la glorificará con Cristo como esposa suya, por encima de todos los principados y potestades, por encima de todo  nombre, no sólo de este mundo, sino de los atrios celestiales, o sea, del mundo superior. La victoria de los santos que duermen será gloriosa en la mañana de la resurrección. (YI, 11-08-1898) (305)