• octubre 30, 2024

Octubre 30 – LOS ÁNGELES ME GUÍAN – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA REVERENTE MI VIDA HOY He aquí yo envío el Ángel delante de ti para que te guarde…

 Octubre 30 – LOS ÁNGELES ME GUÍAN – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA REVERENTE

MI VIDA HOY

He aquí yo envío el Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. (Éxo. 23:20)

Todo el cielo está empeñado en la obra de preparar un pueblo que permanezca firme en el día del Señor. Es evidente que la relación que hay entre el cielo y la tierra es muy estrecha…

Los seres celestiales aguardan con fervor casi impaciente la oportunidad de hacernos conocer a Dios, para que podamos ser coadjutores suyos al presentar a Jesús, el redentor del mundo, lleno de gracia y de verdad…

La primera lágrima de arrepentimiento crea gozo entre los ángeles de los atrios celestiales. Los mensajeros angélicos están listos para volar a socorrer al alma que busca a Jesús…

Grandes y gloriosas cosas ha preparado Dios para quienes lo aman. Los ángeles esperan con ansiosa expectativa el momento en que se decidirá el triunfo definitivo del pueblo de Dios, ocasión en que los serafines y querubines y “millones de millones” elevarán los himnos de los bienaventurados y celebrarán los triunfos de las hazañas mediadoras que permitieron la restauración del hombre. (Carta 45, 1892)

Jesús calculó el costo de la salvación de cada hijo e hija de Adán. Tomó generosas a fin de que, en caso de estar dispuestas a cumplir las condiciones impuestas, nadie tuviera que perecer, sino que pudiera poseer la vida eterna…Cada ser celestial labora como agente del Señor en la tarea de ganar el hombre para Dios. (YI, 01-09-1892)

Los ángeles de gloria hallan su gozo en dar…amor y cuidado incansable a las almas que están caídas y destituidas de santidad. Los seres celestiales desean ganar el corazón de los hombres; traen a este obscuro mundo luz de los atrios celestiales; por un ministerio amable y paciente, obran sobre el espíritu humano, para poner a los perdidos en una comunión con Cristo aún más íntima que la que ellos mismos pueden conocer. (DTG:16) (317)

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