Cuenta el Dr. en Psicología y pastor cristiano Bernardo Stamateas122 de un adolescente de los tiempos en que no existían CD ni mp3. Este adolescente era encargado de megafonía en su iglesia, y le dieron la tarea de copiar en casetes los sermones que se predicaban cada semana. Un día, dijo: “Me voy de esta iglesia, porque solo me quieren para copiar casetes y yo aspiro a hacer cosas más grandes. Tengo dones que aquí se desaprovechan”. Y pensando de esa manera, se fue de la iglesia para no volver nunca más.
Meses después, una mujer llegó a la iglesia y le dijo al pastor: “Usted no me conoce, pero me convertí escuchando un casete de una predicación suya. Yo en ese momento estaba tomando la decisión de abortar, pero usted habló de la vida y decidí no hacerlo. Este es mi hijo”. Si aquel adolescente frustrado hubiera sabido lo que había detrás de su servicio, ¿se hubiese ido? Quiero pensar que no hay cosa más grande a la que aspirar que la salvación de una vida humana.
No hay nada pequeño en el servicio al prójimo, y este puede ser, de hecho, el camino hacia la propia vocación. Piensa en Elías, el profeta de Dios. Tuvo a alguien que le servía desinteresadamente: Eliseo. Un día, Eliseo recibió doble porción del Espíritu Santo para continuar en los pasos de su predecesor. Perdiéndose a sí mismo en un servicio desinteresado al profeta de Dios, encontró Eliseo su camino.
Piensa en los discípulos de Jesús. Ellos también se perdieron a sí mismos en el servicio al Maestro, y ahí encontraron su camino. Abandonaron sus profesiones y siguieron a Cristo, convirtiéndose en predicadores de su amor y pastores de la grey que iba naciendo. Y, tal como el Maestro les había adelantado, cosas más grandes que él hicieron, gracias a la fe (ver Juan 14:12). Una fe, por cierto, desarrollada en el servicio desinteresado.
El servicio desinteresado a los demás es una clave del camino cristiano en más sentidos de los aparentes a primera vista; pero para descubrirlos, hemos de perdernos en él. Por eso, “usen la libertad para servirse unos a otros por amor” (Gál. 5:13, NTV). Porque “hemos nacido para colaborar, al igual que los pies, las manos, los párpados, las hileras de dientes, superiores e inferiores”.123 Y esa colaboración es la mejor manera de encontrarnos cada uno a sí mismo, y los unos a los otros.
“Usen la libertad para servirse unos a otros por amor” (Gálatas 5:13, NTV).
122 «Cómo es la mente mediocre”, https://www.youtube.com/watch?v=ExGt-F60aSU [consultado en abril de 2023].
123 Frase de Marco Aurelio.