Diciembre 04 – CAMINO POR FE – Mi Vida Hoy

Debemos vivir, no para ensalzarnos, sino para cumplir la obra que él nos encomendó, como hijos suyos, hasta donde lo permita nuestra capacidad. Tenernos la obligación de dar buena impresión a los demás. Estamos preparándonos para entrar en la eternidad, en el sanatorio celestial, donde el gran Médico enjugará todas las lágrimas, y donde encontraremos las hojas del árbol de vida para sanidad de las naciones.

Aferrémonos a Jesús, con fe viva, y andemos en humildad de espíritu. Entonces se revelará en nosotros la gracia de Dios, y veremos su salvación. Nos encontraremos con la santa familia de los redimidos…Tocaremos las arpas de oro, y resonará la música armoniosa en el cielo. Arrojaremos nuestras coronas centellantes a sus pies, y le daremos gloria al que venció en nuestro beneficio.

Tal vez haya algunas cosas que no entendemos en este mundo. Algunas partes de la Biblia nos parecen misteriosas, porque están fuera del alcance de nuestro entendimiento finito. Pero cuando el Salvador nos conduzca junto a las aguas vivas, nos hará comprender lo que antes no entendíamos claramente.

Cuando pienso en la gloria futura del cielo, experimento el intenso deseo de que todos los seres vivos se enteren de ello…Deseo levantarlo ante la gente como el poderoso Sanador…

Es de suma importancia el que andemos tras las cosas espirituales o las terrenales. Estas últimas pronto pasarán. En estos tiempos se ve la destrucción de muchos tesoros terrenales. Hay “terremotos por los lugares,” y se multiplican las tribulaciones y dificultades por todas partes. Más nosotros tenemos el privilegio de prepararnos para convertirnos en miembros de la familia celestial, en hijos del Rey del cielo. (RH, 08-08-1907) (354)