Diciembre 29 – El legado de una abuela – Virtuosa

«Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestra mente alcance sabiduría». Salomón. Una abuela acababa de aprender a chatear…

 Diciembre 29 – El legado de una abuela – Virtuosa

«Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestra mente alcance sabiduría».

Una abuela acababa de aprender a chatear y decidió conectarse con su nieta adolescente a través del chat. Su nieta, sin darse cuenta de las dificultades que genera la edad, comenzó a escribirle de la manera que lo hacen los adolescentes: con abreviaturas y faltas de ortografía. De modo que la abuela, cuando se encontraba con un “xq”, un “bss”, un “bn” o un “sbs” no sabía qué le estaba diciendo su nieta. Así que, en vez de escribirle en español, le escribió en francés, que era su lengua materna.

La joven, impaciente como suelen ser los adolescentes hoy, le reclamó a su abuela que escribiera bien, porque no la entendía, y esa fue la oportunidad de la abuela de enseñarle, con humildad y sencillez, una lección de vida: es necesario buscar puntos de encuentro entre generaciones. En este caso, hacía falta un lenguaje en el que las dos pudieran comunicarse, y ese era el español correctamente escrito.

La adolescente aprendió aquel día varios aspectos cruciales de la vida que los padres no siempre tienen éxito en transmitir: empatía, generosidad, buena comunicación y, ya de paso, gramática y buena expresión lingüística.214

Al llegar a la vejez, muchas mujeres caemos en la dinámica de ponernos a la espera: esperar una llamada, una visita, una señal para sentirnos útiles o apreciadas otra vez… Pero también existe la posibilidad de pasar a la acción: convertirnos en una fuente de sabiduría para los más jóvenes, llenar la agenda de proyectos, soñar en grande, tener metas, mantener los lazos afectivos de siempre y buscar otros nuevos…

Enfrentar esta etapa como otra más de la vida, sacándole el mayor provecho y dando testimonio de que toda etapa es buena para buscar la sabiduría; y la vejez es mejor que cualquier otra, pues la experiencia es un grado.

Querida amiga, la vida es corta, muy corta. Somos “como la niebla, que aparece por un momento y luego se desvanece” (Sant. 4:14, NVI). ¿Qué harás con ese “momento”? Si te encuentras ahora en la vejez, ese “momento” especial que da un sentido más claro de la fugacidad de la vida y de nuestra naturaleza mortal, ojalá te conduzca a plantearte preguntas, como por ejemplo: ¿Qué legado dejaré a mis nietos?

“Corona de honra es la vejez que se halla en el camino de justicia” (Proverbios 16:31, RVR60).

214 Pilar Sordo, No quiero envejecer (México D. F.: Océano, 2017), pp. 80-81.

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