Domingo 20 de abril – NIMROD Y NÍNIVE – LAS NACIONES – PRIMERA PARTE

LAS NACIONES – PRIMERA PARTE “Y le fue dado dominio, y gloria y reino; y todos los pueblos, naciones y…

 Domingo 20 de abril – NIMROD Y NÍNIVE – LAS NACIONES – PRIMERA PARTE

LAS NACIONES – PRIMERA PARTE

“Y le fue dado dominio, y gloria y reino; y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su dominio es eterno, que nunca pasará, y su reino nunca será destruido” (Dan. 7:14).

Domingo: 20 de abril

NIMROD Y NÍNIVE

El Edén fue creado como el hogar ideal para los seres humanos. Cuando entró el pecado, Dios no tuvo más remedio que retirar a la humanidad del Jardín e impedirle el acceso al Árbol de la Vida, al menos temporalmente.

Fuera del Jardín, los humanos debían trabajar arduamente para subsistir. La vida se hizo más difícil, ya que tuvimos que convivir con el dolor y conseguir el sustento con el sudor de nuestra frente (Gén. 3:16-19). Nuestros primeros padres confiaron en que el Rey legítimo les proveería un camino de regreso al Jardín, y llevaron sacrificios a la entrada del Edén en fiel anticipación de la redención que Dios ofreció desde el principio al mundo caído.

“El Jardín del Edén permaneció sobre la Tierra mucho tiempo después de que el hombre fuera expulsado de sus agradables senderos […]. Aquí venían Adán y sus hijos a adorar a Dios. Allí renovaban sus votos de obediencia a esa Ley cuya transgresión los había arrojado del Edén. Cuando la ola de iniquidad cubrió el mundo, y la maldad de los hombres trajo su destrucción por medio de las aguas de un diluvio, la mano que había plantado el Edén lo quitó de la Tierra. Pero, en la restitución final, cuando haya ‘un cielo nuevo y una tierra nueva’ [Apoc. 21:1], se lo ha de restaurar más gloriosamente embellecido que al principio” (Elena de White, Patriarcas y profetas, pp. 46, 47).

 Otros, sin embargo, buscaron “soluciones” humanas para los nuevos problemas, y así nacieron las ciudades-estado con la intención de disfrutar de una vida más fácil y, tal vez, de recuperar lo que se perdió en el Edén.

Lee Génesis 10:1 al 12. La Biblia presenta aquí a una serie de actores políticos clave que aparecen luego en el resto de la Biblia, incluidos Nínive y Babilonia. En vista de lo que sabemos acerca del papel de esas ciudades gracias al registro bíblico posterior, ¿qué podemos deducir del texto leído?

 

Génesis 10:1-12

1 Estas son las generaciones de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes nacieron hijos después del diluvio. Los hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras. Los hijos de Gomer: Askenaz, Rifat y Togarma. Los hijos de Javán: Elisa, Tarsis, Quitim y Dodanim. De estos se poblaron las costas, cada cual según su lengua, conforme a sus familias en sus naciones. Los hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut y Canaán. Y los hijos de Cus: Seba, Havila, Sabta, Raama y Sabteca. Y los hijos de Raama: Seba y Dedán. Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra. Este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová. 10 Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar. 11 De esta tierra salió para Asiria, y edificó Nínive, Rehobot, Cala, 12 y Resén entre Nínive y Cala, la cual es ciudad grande.

Algunos han llegado a la conclusión de que Nimrod fue un héroe noble, muy parecido a los personajes de la mitología pagana. Sin embargo, cuando la Biblia lo describe como “poderoso en la tierra” y “vigoroso cazador ante el Señor”, no se trata de un cumplido. Nimrod es grande en su propia opinión y está “ante” el Señor en el sentido de que desafía a Dios. Lo que vemos en estos textos es la propagación de la rebelión contra Dios, una rebelión que existirá hasta que sea erradicada para siempre.

¿Por qué el pecado de la rebelión contra Dios es más sutil de lo que percibimos? ¿Cómo podemos resguardarnos de este rasgo tan humano?

Comentarios Elena G.W

Esto constituye una lección para los mensajeros que Dios envía hoy, cuando las ciudades de las naciones necesitan tan ciertamente conocer los atributos y propósitos del verdadero Dios, como los ninivitas de antaño. Los embajadores de Cristo han de señalar a los hombres el mundo más noble, que se ha perdido mayormente de vista. Según la enseñanza de las Sagradas Escrituras, la única ciudad que subsistirá es aquella cuyo artífice y constructor es Dios. Con el ojo de la fe, el hombre puede contemplar el umbral del cielo, inundado por la gloria del Dios viviente. Mediante sus siervos el Señor Jesús invita a los hombres a luchar con ambición santificada para obtener la herencia inmortal. Les insta a hacerse tesoros junto al trono de Dios…

La tolerancia de Dios ha sido muy grande, tan grande que cuando consideramos el continuo desprecio manifestado hacia sus santos mandamientos, nos asombramos. El Omnipotente ha ejercido un poder restrictivo sobre sus propios atributos. Pero se levantará ciertamente para castigar a los impíos, que con tanta audacia desalian las justas exigencias del Decálogo.

Dios concede a los hombres un tiempo de gracia; pero existe un punto más allá del cual se agota la paciencia divina y se han de manifestar con seguridad los juicios de Dios. El Señor soporta durante mucho tiempo a los hombres y las ciudades, enviando misericordiosamente amonestaciones para salvarlos de la Ira divina; pero llegará el momento en que ya no se oirán las súplicas de misericordia, y el elemento rebelde que continúe rechazando la luz de la verdad quedará raído, por efecto de la misericordia hacia él mismo y hacia aquellos que podrían, si no fuese así, sentir la influencia de su ejemplo (Profetas y reyes, pp. 204-207).

La rebelión tuvo su origen en Satanás, y toda rebelión contra DIOS se debe directamente a las influencias satánicas. Los que se oponen al gobierno de Dios se han aliado con el caudillo de los apóstatas, y este ejercerá su poder y astucia para cautivar los sentidos de ellos y descarriar su entendimiento. Hará que todo aparezca bajo una luz falsa. Como nuestros primeros padres, los que están bajo el dominio de su hechizo ven solo los grandes beneficios que han de recibir por su transgresión (Historia de los patriarcas y profetas, p. 688).

A pesar de lo impía que Nínive había llegado a ser, no estaba completamente entregada al mal. El que «vio a todos los hijos de los hombres» (Salmo 33: 13) y cuyos «ojos vieron todo lo preciado» (Job 28: 10) percibió que en aquella ciudad muchos procuraban algo mejor y superior, y que si se les concedía oportunidad de conocer al Dios viviente,  renunciarían a sus malas acciones y le adorarían. De manera que en su sabiduría Dios se les reveló en forma inequívoca, para inducirlos, si era posible, a arrepentirse (Profetas y reyes, p. 198).

Elena G.W

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