Domingo 9 de junio – EL CONFLICTO FINAL DEL APOCALIPSIS – EL CONFLICTO INMINENTE

EL CONFLICTO INMINENTE “Santifícalos en la verdad. Tu palabra es verdad” (Juan 17:17). Domingo: 9 de junio EL CONFLICTO FINAL…

 Domingo 9 de junio – EL CONFLICTO FINAL DEL APOCALIPSIS – EL CONFLICTO INMINENTE

EL CONFLICTO INMINENTE

“Santifícalos en la verdad. Tu palabra es verdad” (Juan 17:17).

Domingo: 9 de junio

EL CONFLICTO FINAL DEL APOCALIPSIS

El mensaje del Apocalipsis es mucho más que símbolos crípticos, bestias extrañas e imágenes raras. Habla de verdades eternas dadas por un Dios amoroso a la generación del tiempo del fin. El conflicto entre Cristo y Satanás comenzó en el Cielo en torno a la adoración. Llegará a su punto culminante también en torno a la adoración.

Compara Apocalipsis 14:7 y 9 con 4:11. ¿Cuál es el tema general del Apocalipsis en este conflicto cósmico entre el bien y el mal?

 

Apocalipsis 14:7 y 9

diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.

Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano,

 

Apocalipsis 4:11

11 Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.

En Apocalipsis, de principio a fin, la adoración y la Creación están indisolublemente unidas. Apocalipsis 14:7 nos llama a adorar al Señor de toda la Creación. Con la Teoría de la Evolución como telón de fondo, que ha tomado al mundo por asalto en los dos últimos siglos, el sábado es un recordatorio eterno de nuestra identidad. Nos reafirma constantemente que somos seres creados y que nuestro Creador es digno de nuestra lealtad y adoración. Esta es una de las razones por las que el diablo odia tanto el sábado.

Lee Apocalipsis 12:17 y 14:12. ¿Cómo encuentra su expresión final la adoración al Creador?

 

Apocalipsis 12:17

17 Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.

 

Apocalipsis 14:12

12 Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.

La adoración al Creador, mediante el cumplimiento de los mandamientos de Dios, se opone directamente a la adoración a la bestia. Dios tendrá un pueblo del tiempo del fin que le será leal a pesar de la mayor oposición y la más feroz persecución de la historia.

“Mientras que la observancia del falso día de reposo (domingo) –en obediencia a la ley del Estado y en oposición al cuarto Mandamiento– será una declaración de obediencia a un poder que está en oposición a Dios, la observancia del verdadero día de reposo (sábado) –en obediencia a la Ley de Dios– será una evidencia de lealtad al Creador” (Elena de White, El conflicto de los siglos, p. 663).

Apocalipsis 14:12 declara que estos seguidores comprometidos con el Salvador tendrán “la fe de Jesús”. La fe de Jesús es una fe tan profunda que confía aun cuando no puede ver. Persevera incluso cuando no puede comprender. Es un don de Jesús que recibimos por fe y que nos ayudará a atravesar el conflicto inminente.

El sábado es un símbolo tan fundamental de Dios como Creador que se remonta al mismo Edén. Por lo tanto, tratar de usurparlo, como hizo Roma (ver Dan. 7:25), es intentar usurpar la autoridad de Dios en el nivel más básico posible. ¿Cómo nos ayuda esta verdad a ver por qué será una cuestión tan controvertida en los últimos días?

Comentarios Elena G.W

En el capítulo 14 del Apocalipsis se exhorta a los hombres a que adoren al Creador, y la profecía expone a la vista una clase de personas que, como resultado del triple mensaje, guardan los mandamientos de Dios. Uno de estos mandamientos señala directamente a Dios como Creador. El cuarto precepto declara: «El séptimo día será Sábado a Jehová tu Dios: …porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay; y en el día séptimo reposó; por tanto Jehová bendijo el día del Sábado, y lo santificó». Éxodo 20:10-11. «Respecto al sábado, el Señor dice además, que será una señal… para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios». Ezequiel 20:20…

Mientras el ser él nuestro Creador siga siendo motivo para que le adoremos, el sábado seguirá siendo señal conmemorativa de ello. Si el sábado se hubiese observado universalmente, los pensamientos e inclinaciones de los hombres se habrían dirigido hacia el Creador como objeto de reverencia y adoración, y nunca habría habido un idólatra, un ateo, o un incrédulo. La observancia del sábado es señal de lealtad al verdadero Dios, «que hizo el cielo y la tierra, y el mar y las fuentes de agua». Resulta pues que el mensaje que manda a los hombres adorar a Dios y guardar sus mandamientos, los ha de invitar especialmente a observar el cuarto mandamiento (Exaltad a Jesús, 6 de febrero, p. 45).

Hay solamente dos bandos en esta tierra los que se agrupan debajo de la bandera ensangrentada de Jesucristo y los que se reúnen alrededor de la negra bandera de la rebelión. En el capítulo 12 del Apocalipsis se presenta el gran conflicto entre los obedientes y los desobedientes [se cita Apocalipsis 12:17).

[Se cita Apocalipsis 12:17] Los instrumentos satánicos han convertido a la tierra en un escenario de horrores que ningún lenguaje puede describir. Guerras y derramamientos de sangre son llevados a cabo por naciones que pretenden ser cristianas. El desprecio por la ley de Dios ha traído su inevitable resultado.

El gran conflicto que ahora se está llevando a cabo no es solamente una lucha del hombre contra el hombre. De un lado está el Príncipe de la vida, actuando como sustituto y fiador del hombre; del otro, el príncipe de las tinieblas con los ángeles caídos bajo su mando [se cita Efe. 6:12-13, 10-11 (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 7, pp. 985, 986).

La obra de vencer el mal debe ser hecha por la fe. Los que salgan al campo de ‘batalla encontrarán que deben revestirse de toda la armadura de Dios. El escudo de la fe será su defensa, y los habilitará a ser más que vencedores. Ninguna otra cosa tendrá valor sino la fe en Jehová de los ejércitos, y la obediencia a sus órdenes… Solamente la fe viva los hará invencibles, y los habilitará para subsistir en el día malo, manteniéndose firmes, inconmovibles, y conservando firme hasta el fin el comienzo de su confianza (Consejos para los maestros, p. 174).

Elena G.W

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