• febrero 6, 2024

Febrero 6 – EL DON DE PROFECÍA PUEDE SER MÍO – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA LLENA DEL ESPÍRITU MI VIDA HOY El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía. (Apoc.…

 Febrero 6 – EL DON DE PROFECÍA PUEDE SER MÍO – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA LLENA DEL ESPÍRITU

MI VIDA HOY

El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía. (Apoc. 19:10)

Dios se ha dignado comunicar la verdad al mundo por medio del instrumento humano, y él mismo, por su Santo Espíritu, habilitó a hombres y los hizo capaces de realizar esta obra. Guió la inteligencia de ellos en la elección de lo que debían decir y escribir. El tesoro fue confiado a vasos de barro, pero no por eso deja de ser del Cielo. Aunque llevado a todo viento en el vehículo imperfecto del idioma humano, no por eso deja de ser el testimonio de Dios; y el hijo de Dios, obediente y creyente, contempla en ello la gloria de un poder divino, lleno de gracia y de verdad.

En su Palabra, Dios ha dado a los hombres el conocimiento necesario para la salvación. Las Santas Escrituras deben ser aceptadas como dotadas de autoridad absoluta y como revelación infalible de su voluntad. . . . (CS:X)

Presentada por diversas personalidades,  la verdad aparece en sus variados aspectos. Un escritor percibe con más fuerza cierta parte del asunto; comprende los puntos que armonizan con su experiencia o con sus facultades de percepción y apreciación; otro será más bien impresionado por otro aspecto del mismo asunto; y cada cual, bajo la dirección del Espíritu Santo, presenta lo que ha quedado inculcado con más fuerza en su propia mente. De aquí que encontremos en cada cual un aspecto diferente de la verdad, pero perfecta armonía entre todos ellos. Y las verdades así reveladas se unen en perfecto conjunto, adecuado para satisfacer las necesidades de los hombres en todas las circunstancias de la vida…

La circunstancia de haber revelado Dios su voluntad a los hombres por su Palabra, no ha dejado por eso sin valor para ellos la continua presencia y dirección del Espíritu Santo. Por el contrario, el Salvador prometió que el Espíritu facilitaría a sus siervos la inteligencia de la Palabra; que iluminaría y daría aplicación a sus enseñanzas. Y como es el Espíritu de Dios el que inspiró la Biblia, resulta imposible que las enseñanzas del Espíritu estén jamás en pugna con las de la Palabra. (CS:IX-X) (43)

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