Febrero 7 – LA PROSPERIDAD Y LA FE – Mi Vida Hoy

La luz de la profecía brilla aún para guiar las almas, y dice así: “Este es el camino, andad por él.” Fulgura en el sendero del justo para estimularlo, y en el del impío, para guiarlo al arrepentimiento y la conversión. Por medio de ella el pecado será reprendido y la iniquidad, desenmascarada. Cumple en forma progresiva su deber de reflejar luz sobre el pasado, el presente y el futuro. (MS 17.1908)

Si aquellos que recibieron la luz apreciaran y respetaran los testimonios del Señor, verían la vida religiosa bajo un nuevo aspecto. Se convencerían de pecado. Verían la llave que abre la cerradura de los misterios que nunca comprendieron. Se aferrarían a las preciosas cosas que Dios les entregó para que las aprovecharan, y se verían trasladados del reino de las tinieblas a la luz admirable de Dios. (Carta 71, 1903)

Los que desprecian la amonestación serán dejados en las tinieblas y se engañarán a sí mismos. Pero los que la escuchan, y atienden celosamente a la obra de apartar sus pecados de sí a fin de tener las gracias necesarias, estarán abriendo la puerta de su corazón para que el amado Salvador pueda entrar y morar con ellos. (3TS:148)

El [Dios] ha tomado medidas para que todos puedan ser santos y sentirse felices si así lo desean. Se le ha dado suficiente luz a esta generación como para que sepamos cuáles son nuestros privilegios y deberes y gocemos de las preciosas y solemnes verdades en toda su sencillez y poder.

Se nos pedirá cuenta únicamente según la luz que brille sobre nosotros. Los mandamientos de Dios y el testimonio de Jesucristo nos están poniendo a prueba. Si somos fieles y obedientes, el Señor se deleitará en nosotros, y nos bendecirá como su pueblo escogido y singular. Cuando abunden la fe y el amor perfecto y la obediencia, y obren en el corazón de los seguidores de Cristo, éstos tendrán una influencia poderosísima. (2T:693-694) (44)