- abril 10, 2025
Jueves 10 de abril – LA SERPIENTE – EL GÉNESIS COMO FUNDAMENTO
EL GÉNESIS COMO FUNDAMENTO “Al día siguiente Juan vio a Jesús que venía hacia él, y dijo: ‘¡Este es el…

EL GÉNESIS COMO FUNDAMENTO

“Al día siguiente Juan vio a Jesús que venía hacia él, y dijo: ‘¡Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!’ ” (Juan 1:29).
Jueves: 10 de abril
LA SERPIENTE
La adoración es un tema clave en Apocalipsis. El autor y promotor de los falsos sistemas de culto es identificado como “el dragón” (Apoc. 13:2-4), y la descripción de este querubín caído como una serpiente no es casual, sino que nos remite claramente al Jardín del Edén, donde una serpiente persuadió a Adán y a Eva para que lo siguieran en su rebelión contra el Creador.
Compara Génesis 3:1 al 5 con Apocalipsis 12:1 al 9. ¿Cuáles son algunos de los temas comunes a ambos relatos? ¿Cómo nos ayudan los detalles registrados en Génesis acerca de la serpiente a entender algunos de los temas que condujeron a la guerra celestial previa mencionada en Apocalipsis?
Génesis 3:1-5
1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? 2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; 3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. 4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
Apocalipsis 12:1-9
1 Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. 2 Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. 3 También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; 4 y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese. 5 Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono. 6 Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días. 7 Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; 8 pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. 9 Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
Hay dos relatos bíblicos en los que Satanás hace descarriar al mundo entero. Uno de ellos se encuentra en Génesis y tuvo lugar cuando solo existían dos personas. El otro está en Apocalipsis 12 y 13, donde Satanás es identificado como quien “engaña a todo el mundo” (Apoc. 12:9), otorga poder a la bestia que subía del mar y lleva a “toda la tierra” a adorarla (Apoc. 13:2, 3). Uno de los temas de la profecía bíblica es la naturaleza inmutable del Gran Conflicto. El carácter y la Palabra de Dios no cambian, como tampoco lo hacen las ambiciones del Diablo.
Afortunadamente, puesto que la naturaleza del Gran Conflicto no cambia, y debido a que tenemos puntos de referencia claros en las profecías, los cristianos podemos evaluar las tendencias y reconocer dónde se encuentran las trampas espirituales. Dios siempre será quien es, al igual que el Diablo. Satanás puede usar mil disfraces, pero milenios de historia humana caída y el escenario profético pintado en el Apocalipsis demuestran que nunca se desvía de la estrategia que utilizó en el Edén. Dios nos ha prometido sabiduría y discernimiento (Sant. 1:5). Contamos además con la infalible guía de las Escrituras. En vista de todo ello, no necesitamos ser víctimas de los engaños del Diablo, aunque, desgraciadamente, muchos lo han sido y la mayoría lo será.
Piensa en cómo cambian la cultura y las normas sociales con el tiempo. Lo que antes era aceptable se convierte en inaceptable, y viceversa. Dado que los temas subyacentes y los actores del Gran Conflicto no cambian, ¿qué debería tener en cuenta un cristiano al examinar el cambiante panorama cultural? Por ejemplo, ¿dónde se pueden encontrar en la cultura actual las mentiras originales del diablo: “No morirán” y “serán como Dios”?
Comentarios Elena G.W
La serpiente tomó del fruto del árbol prohibido y lo puso en las manos vacilantes de Eva. Entonces le recordó sus propias palabras referentes a que Dios les había prohibido tocarlo, a pena de muerte. Le manifestó que no recibiría más daño de comer el fruto que de tocarlo. No experimentando ningún mal resultado por lo que había hecho, Eva se atrevió a más. Vio «que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió». Era agradable al paladar, y a medida que comía, parecía sentir una fuerza vivificante, y se figuró que entraba en un estado más elevado de existencia. Sin temor, tomó el fruto y lo comió.
Y ahora, habiendo pecado, ella se convirtió en el agente de Satanás para labrar la ruina de su esposo. Con extraña y anormal excitación, y con las manos llenas del fruto prohibido, lo buscó y le relató todo lo que había ocurrido…
Adán comprendió que su compañera había violado el mandamiento de Dios, menospreciando la única prohibición que les había sido puesta como una prueba de su fidelidad y amor. Se desató una terrible lucha en su mente. Lamentó haber dejado a Eva separarse de su lado. Pero ahora el error estaba cometido; debía separarse de su compañía, que le había sido de tanto gozo. ¿Cómo podría hacer eso?
Adán había gozado el compañerismo de Dios y de los santos ángeles. Había contemplado la gloria del Creador. Comprendía el elevado destino que aguardaba al linaje humano si los hombres permanecían fieles a Dios. Sin embargo, se olvidó de todas estas bendiciones ante el temor de perder el don que apreciaba más que todos los demás. El amor, la gratitud y la lealtad al Creador, todo fue sofocado por amor a Eva. Ella era parte de sí mismo, y Adán no podía soportar la idea de una separación. No alcanzó a comprender que el mismo Poder infinito que lo había creado del polvo de la tierra y hecho de él un ser viviente de hermosa forma y que, como demostración de su amor, le había dado una compañera, podía muy bien proporcionarle otra. Adán resolvió compartir la suerte de Eva; si ella debía morir, él moriría con ella. Al fin y al cabo, se dijo Adán, ¿no podrían ser verídicas las palabras de la sabia serpiente? Eva estaba ante él, tan bella y aparentemente tan inocente como antes de su desobediencia. Le expresaba mayor amor que antes. Ninguna señal de muerte se notaba en ella, y así decidió hacer frente a las consecuencias. Tomó el fruto y lo comió apresuradamente (Historia de los patriarcas y profetas, pp. 39, 40).
El carácter de Satanás, mediante sus esfuerzos por vencer y destruir al Hijo de Dios, se desarrollaba ante el universo, y se manifestaba en su verdadera malignidad ante los mundos no caídos que habían sido creados por Cristo. Cada vez que picaba el calcañar de Cristo con su colmillo homicida, la serpiente se aseguraba más su propio descalabro y ruina (The Signs of the Times, 26 de marzo, 1 894, «Christ’s Victory Gained Through Pain and Death», párr. 2).