- diciembre 14, 2023
Jueves 14 de diciembre – ¿FE, EN LA TIERRA? – MISIÓN EN FAVOR DE LOS NO ALCANZADOS: SEGUNDA PARTE
MISIÓN EN FAVOR DE LOS NO ALCANZADOS: SEGUNDA PARTE “Entonces Jesús respondió: ‘Mujer, ¡grande es tu fe! Sea hecho como…
MISIÓN EN FAVOR DE LOS NO ALCANZADOS: SEGUNDA PARTE
“Entonces Jesús respondió: ‘Mujer, ¡grande es tu fe! Sea hecho como quieres’. Y su hija quedó sana desde esa hora” (Mat. 15:28).
Jueves: 14 de diciembre
¿FE, EN LA TIERRA?
En Lucas 18:8, Jesús plantea esta pregunta al final de una de sus parábolas: “Cuando el Hijo del hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?” Como discípulos actuales de Cristo, necesitamos vislumbrar lo que Jesús está buscando. En esta historia, podemos ver que Jesús busca la fe que brilla incluso en medio de la oscuridad.
Lee Mateo 8:10 y 13; 9:2; 20:29 al 34; Marcos 2:5; 10:46 al 52; y Lucas 18:35 al 43. En estos pasajes, ¿a quiénes describe Jesús como gente de fe?
Mateo 8:10 y 13
10 Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.
13 Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.
Mateo 9:2
2 Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.
Mateo 20:29-34
29 Al salir ellos de Jericó, le seguía una gran multitud. 30 Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 31 Y la gente les reprendió para que callasen; pero ellos clamaban más, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 32 Y deteniéndose Jesús, los llamó, y les dijo: ¿Qué queréis que os haga? 33 Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos. 34 Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista; y le siguieron.
Marcos 2:5
5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.
Marcos 10:46-52
46 Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. 47 Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 48 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 49 Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. 50 Él entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 51 Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. 52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.
Lucas 18:35-43
35 Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando; 36 y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello. 37 Y le dijeron que pasaba Jesús nazareno. 38 Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 39 Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 40 Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a su presencia; y cuando llegó, le preguntó, 41 diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista. 42 Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado. 43 Y luego vio, y le seguía, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios.
Esta lista incluye a personas con una fe que resplandecía incluso en ciudades oscuras. En Capernaum, Jesús destaca a varias personas de fe. En Mateo 8:10 y 13, vemos a un centurión pagano convertido y con mucha fe. Conocemos a cuatro amigos llenos de fe que quitaron el tejado para bajar a su amigo paralítico hasta Jesús (Mat. 9:2, Mar. 2:5). En Marcos 10, conocemos al exciego Bartimeo, cuya fe brilla en Jericó.
Al mismo tiempo, esperaríamos que entre el pueblo de Dios existiera gran fe. Sin embargo, incluso en la ciudad natal de Jesús, Nazaret, la poca fe (o incluso la incredulidad total) fue el factor que limitó el ministerio de Cristo. Entre sus discípulos, Jesús dijo varias veces, hablando de los habitantes de Israel: “Hombres de poca fe” (Mat. 6:30; 8:26; 14:31; 16:8). Y en Mateo 17:17 Jesús exclama: “¡Generación incrédula y perversa!”
Una lección que podemos aplicar a la actualidad es que la fe se encuentra en lugares inesperados: en las ciudades, entre extranjeros, entre paganos y entre personas con religiones diferentes. Con humildad, debemos ir a las ciudades como lo hizo Jesús, buscando a aquellos que, cuando se les presente la verdad, responderán con una fe salvífica en Jesús. Y, por cierto, están allí afuera.
Desafío: Abre tu corazón en oración, pidiendo una mayor porción de fe con la cual compartir tu amor por aquellos que están cerca y lejos.
Desafío avanzado: ¿Cómo llegaste a conocer a Jesús y el precioso mensaje de los tres ángeles? Enumera tres bendiciones espirituales que hayas experimentado de Jesús en tu vida personal. Prepárate para compartir estos conceptos con tu clase de Escuela Sabática.
Comentarios Elena G.W
Así como los rayos del sol penetran hasta las partes más remotas del mundo, Dios quiere que el evangelio llegue a toda alma en la tierra. Si la iglesia de Cristo cumpliera el propósito del Señor, se derramaría luz sobre todos los que moran en las tinieblas y en regiones de sombra de muerte. En vez de agruparse y rehuir la responsabilidad y el peso de la cruz, los miembros de la iglesia deberían dispersarse por todos los países para irradiar la luz de Cristo y trabajar como él por la salvación de las almas. Así este «evangelio del reino» sería pronto llevado a todo el mundo.
De esta manera ha de cumplirse el propósito de Dios al llamar a su pueblo, desde Abraham en los llanos de Mesopotamia hasta nosotros en el siglo actual (El discurso maestro de Jesucristo, pp. 38, 39).
Cristo renunció a todo para poder llevar la salvación a todo pueblo, nación y lengua. Tendió un puente sobre el abismo que había abierto el pecado, para que por sus méritos el hombre pudiera reconciliarse con Dios. ¿Por qué no hay un ejército de obreros alistados bajo el estandarte ensangrentado del Príncipe Emanuel, listos para salir a… traer almas de las ‘tinieblas a la luz? ¿Por qué no enseñamos a los que perecen a creer en Cristo como su Salvador personal, ayudarlos a ver a Cristo mediante la fe, y a lavarse en la fuente que ha sido abierta para limpiar los pecados del mundo? Debemos enseñarles cómo despojarse de sus viejas vestiduras de carácter manchadas por el pecado, y cómo revestirse de la justicia de Cristo. Debemos plantar en sus mentes entenebrecidas los pensamientos elevadores y ennoblecedores de los temas celestiales. Debemos conducir a los contaminados a una vida pura y santa mediante la fe, la simpatía y el ejemplo semejantes a los de Cristo. Debemos vivir una vida tal ante ellos que disciernan la diferencia entre el error y el vicio, y la pureza, la rectitud y la santidad (The Southern Work, p. 27).
En las ciudades populosas hay ciertas clases sociales que no es posible alcanzar por medio de reuniones públicas. Los miembros de estas clases deben buscarse así como el pastor busca a la oveja perdida. Hay que buscarlos con esfuerzo diligente y personal. Cuando se descuida la obra personal, se pierden numerosas oportunidades preciosas, las cuales, si se aprovecharan, harían progresar definidamente la obra…
Quienes desean investigar la verdad, necesitan que se les enseñe a estudiar con diligencia la Palabra de Dios. Alguien debe ayudarles a construir sobre firme fundamento. En este momento crítico de su experiencia religiosa, es muy importante que obreros bíblicos dirigidos con sabiduría les ayuden a comprender los tesoros de la Palabra de Dios (Testimonios para la iglesia, t. 9, pp. 90, 91).