Jueves 25 de mayo – UNA CIUDAD LLAMADA CONFUSIÓN

UNA CIUDAD LLAMADA CONFUSIÓN “Pelearán contra el Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey…

 Jueves 25 de mayo – UNA CIUDAD LLAMADA CONFUSIÓN

UNA CIUDAD LLAMADA CONFUSIÓN

“Pelearán contra el Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados, elegidos y fieles” (Apoc. 17:14).

Jueves: 25 mayo

BABILONIA: EL CENTRO DE LA IDOLATRÍA

Esta es otra pista para identificar claramente el “misterio [de] ‘La gran Babilonia’ ”. La idolatría estaba en el centro de la adoración babilónica.

Lee Jeremías 50:33 al 38; y 51:17 y 47. ¿Qué descubres en estos versículos sobre la adoración de imágenes en la antigua Babilonia y la respuesta de Dios a ella?

 

Jeremías 50:33-38

33 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Oprimidos fueron los hijos de Israel y los hijos de Judá juntamente; y todos los que los tomaron cautivos los retuvieron; no los quisieron soltar. 34 El redentor de ellos es el Fuerte; Jehová de los ejércitos es su nombre; de cierto abogará la causa de ellos para hacer reposar la tierra, y turbar a los moradores de Babilonia. 35 Espada contra los caldeos, dice Jehová, y contra los moradores de Babilonia, contra sus príncipes y contra sus sabios. 36 Espada contra los adivinos, y se entontecerán; espada contra sus valientes, y serán quebrantados. 37 Espada contra sus caballos, contra sus carros, y contra todo el pueblo que está en medio de ella, y serán como mujeres; espada contra sus tesoros, y serán saqueados. 38 Sequedad sobre sus aguas, y se secarán; porque es tierra de ídolos, y se entontecen con imágenes.

 

Jeremías 51:17- 47

17 Todo hombre se ha infatuado, y no tiene ciencia; se avergüenza todo artífice de su escultura, porque mentira es su ídolo, no tiene espíritu. 18 Vanidad son, obra digna de burla; en el tiempo del castigo perecerán. 19 No es como ellos la porción de Jacob; porque él es el Formador de todo, e Israel es el cetro de su herencia; Jehová de los ejércitos es su nombre. 20 Martillo me sois, y armas de guerra; y por medio de ti quebrantaré naciones, y por medio de ti destruiré reinos. 21 Por tu medio quebrantaré caballos y a sus jinetes, y por medio de ti quebrantaré carros y a los que en ellos suben. 22 Asimismo por tu medio quebrantaré hombres y mujeres, y por medio de ti quebrantaré viejos y jóvenes, y por tu medio quebrantaré jóvenes y vírgenes. 23 También quebrantaré por medio de ti al pastor y a su rebaño; quebrantaré por tu medio a labradores y a sus yuntas; a jefes y a príncipes quebrantaré por medio de ti. 24 Y pagaré a Babilonia y a todos los moradores de Caldea, todo el mal que ellos hicieron en Sion delante de vuestros ojos, dice Jehová. 25 He aquí yo estoy contra ti, oh monte destruidor, dice Jehová, que destruiste toda la tierra; y extenderé mi mano contra ti, y te haré rodar de las peñas, y te reduciré a monte quemado. 26 Y nadie tomará de ti piedra para esquina, ni piedra para cimiento; porque perpetuo asolamiento serás, ha dicho Jehová. 27 Alzad bandera en la tierra, tocad trompeta en las naciones, preparad pueblos contra ella; juntad contra ella los reinos de Ararat, de Mini y de Askenaz; señalad contra ella capitán, haced subir caballos como langostas erizadas. 28 Preparad contra ella naciones; los reyes de Media, sus capitanes y todos sus príncipes, y todo territorio de su dominio. 29 Temblará la tierra, y se afligirá; porque es confirmado contra Babilonia todo el pensamiento de Jehová, para poner la tierra de Babilonia en soledad, para que no haya morador en ella. 30 Los valientes de Babilonia dejaron de pelear, se encerraron en sus fortalezas; les faltaron las fuerzas, se volvieron como mujeres; incendiadas están sus casas, rotos sus cerrojos. 31 Correo se encontrará con correo, mensajero se encontrará con mensajero, para anunciar al rey de Babilonia que su ciudad es tomada por todas partes. 32 Los vados fueron tomados, y los baluartes quemados a fuego, y se consternaron los hombres de guerra. 33 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: La hija de Babilonia es como una era cuando está de trillar; de aquí a poco le vendrá el tiempo de la siega. 34 Me devoró, me desmenuzó Nabucodonosor rey de Babilonia, y me dejó como vaso vacío; me tragó como dragón, llenó su vientre de mis delicadezas, y me echó fuera. 35 Sobre Babilonia caiga la violencia hecha a mí y a mi carne, dirá la moradora de Sion; y mi sangre caiga sobre los moradores de Caldea, dirá Jerusalén. 36 Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo juzgo tu causa y haré tu venganza; y secaré su mar, y haré que su corriente quede seca. 37 Y será Babilonia montones de ruinas, morada de chacales, espanto y burla, sin morador. 38 Todos a una rugirán como leones; como cachorros de leones gruñirán. 39 En medio de su calor les pondré banquetes, y haré que se embriaguen, para que se alegren, y duerman eterno sueño y no despierten, dice Jehová. 40 Los haré traer como corderos al matadero, como carneros y machos cabríos. 41 ¡Cómo fue apresada Babilonia, y fue tomada la que era alabada por toda la tierra! ¡Cómo vino a ser Babilonia objeto de espanto entre las naciones! 42 Subió el mar sobre Babilonia; de la multitud de sus olas fue cubierta. 43 Sus ciudades fueron asoladas, la tierra seca y desierta, tierra en que no morará nadie, ni pasará por ella hijo de hombre. 44 Y juzgaré a Bel en Babilonia, y sacaré de su boca lo que se ha tragado; y no vendrán más naciones a él, y el muro de Babilonia caerá. 45 Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida del ardor de la ira de Jehová. 46 Y no desmaye vuestro corazón, ni temáis a causa del rumor que se oirá por la tierra; en un año vendrá el rumor, y después en otro año rumor, y habrá violencia en la tierra, dominador contra dominador. 47 Por tanto, he aquí vienen días en que yo destruiré los ídolos de Babilonia, y toda su tierra será avergonzada, y todos sus muertos caerán en medio de ella.

Jeremías 50 y 51 predicen la destrucción de Babilonia a manos de los medos y los persas. Una de las razones de la desaparición de Babilonia fue su idolatría. Los babilonios creían que estas imágenes eran representaciones de sus deidades. En la religión babilónica, la atención a los rituales y la adoración de las estatuas de sus deidades se consideraban sagradas; los dioses vivían simultáneamente en las estatuas de los templos y en las fuerzas naturales que encarnaban. Con el saqueo o la destrucción de ídolos se consideraba que se perdía la protección divina; durante el período neobabilónico, el príncipe caldeo Marduk-apla-iddina II huyó a los pantanos del sur de Mesopotamia con las estatuas de los dioses de Babilonia, para salvarlas de los ejércitos de Senaquerib de Asiria (ver J. R. McIntosh, Ancient Mesopotamia: New Perspectives, pp. 35-43).

Los profetas bíblicos contrastaron la adoración de estas imágenes sin vida con el Dios Creador, que no solo estaba vivo sino además daba vida (Jer. 51:15, 16, 19).

Lee Éxodo 20:4 al 6 y Salmo 115:4 al 8. ¿Qué enseñan sobre la idolatría?

 

Éxodo 20:4-6

No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

 

Salmo 115:4-8

Los ídolos de ellos son plata y oro, Obra de manos de hombres. Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen; Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos.

Aunque los problemas de idolatría de la Babilonia espiritual van más allá de una mera reverencia a imágenes de madera y piedra, la Babilonia espiritual iguala a la antigua Babilonia con las imágenes introducidas en su servicio de adoración. El uso de imágenes como objetos de adoración, o la llamada “veneración”, es una violación del segundo Mandamiento porque limita la capacidad del Espíritu Santo para imprimir en nuestra mente las cosas de la Eternidad y reduce la majestad de Dios a una estatua sin vida. Estas imágenes se introdujeron en el cristianismo en el siglo IV, en un intento de que el cristianismo fuese más aceptable para la población pagana. Desgraciadamente, a estas imágenes se les da a menudo la sacralidad y el homenaje que solo pertenecen a Dios, lo que hace que todo sea espiritualmente degradante.

Comentarios Elena G.W

La idolatría y todos los pecados que la acompañaban eran abominables para Dios, y ordenó a su pueblo que no se mezclara con las otras naciones, ni hiciera «como ellos hacen» (Éxodo 23:24), para que no se olvidaran de Dios. Les prohibió el matrimonio con los idólatras, para que sus corazones no se apartaran de él. Era tan necesario entonces como ahora que el pueblo de Dios fuese puro, «sin mancha de este mundo». Santiago 1:27. Debían mantenerse libres del espíritu mundano, porque este se opone a la verdad y la justicia. Pero Dios no quería que su pueblo, creyendo tener la exclusividad de la justicia, se apartara del mundo al punto de no poder ejercer influencia alguna sobre él.

Como su Maestro, los seguidores de Cristo debían ser en todas las edades la luz del mundo. El Salvador dijo: «Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, mas sobre el candelero, y alumbra a todos los que  están en casa»; es decir, en el mundo. Y agrega: «Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos». Mateo 5:14-16. Esto es exactamente lo que hicieron Enoc, Noé, Abraham, José y Moisés (Historia de los patriarcas y profetas, pp. 385, 386).

Aquel que escudriña los corazones desea rescatar a su pueblo de toda clase de idolatría. Que la Palabra de Dios, el Libro bendito de vida, ocupe las mesas que ahora están llenas de adornos inútiles. Gastad vuestro dinero en adquirir libros que sirvan para esclarecer la mente en lo que atañe a la verdad presente… Apoderaos de la Palabra de Di6s como el tesoro de amor y sabiduría infinita; este es el Libro guía que muestra el camino hacia el cielo. Nos señala al Salvador que perdona el pecado, y nos dice: «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo». Juan 1:29.

¡Cómo quisiera que investigaseis las Escrituras con una actitud de oración en vuestros corazones, y con un espíritu de entrega a Dios! ¡Ojalá escudriñaseis vuestros corazones como si contaseis con la ayuda de una vela encendida, para descubrir y romper hasta los hilos más finos que os unen a los hábitos mundanales que apartan de Dios la mente! Rogad a Dios que os muestre cada práctica que aleje de él vuestros pensamientos y afectos. Dios ha dado su ley al ser humano para que constituya la medida del carácter. Mediante esta ley podéis descubrir y vencer cada defecto de vuestro carácter. Podéis separaros de cada ídolo, y uniros al trono de Dios mediante la cadena de oro de la gracia y la verdad (Mensajes selectos, t. 2, p. 367).

No todos los hombres de aquella generación eran idólatras en el sentido estricto de la palabra. Muchos profesaban ser adoradores de Dios. Alegaban que sus ídolos eran imágenes de la Deidad, y que por su medio el pueblo podía formarse una concepción más clara del Ser divino. Esta clase sobresalía en el menosprecio del mensaje de Noé. Al tratar de representar a Dios mediante objetos materiales, cegaron sus mentes en lo que respectaba a la majestad y al poder del Creador; dejaron de comprender la santidad de su carácter, y la naturaleza sagrada e inmutable de sus requerimientos.

El hombre no se elevará más allá de sus conceptos acerca de la verdad, la pureza y la santidad. Si el espíritu no sube nunca más arriba que el nivel humano, si no se eleva mediante la fe para comprender la sabiduría y el amor infinitos, el hombre irá hundiéndose cada vez más. Los adoradores de falsos dioses revestían a sus deidades de cualidades y pasiones humanas, y rebajaban así sus normas de carácter a la semejanza de la humanidad pecaminosa (Conflicto y valor, p. 32).

Elena G.W

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *