• julio 9, 2024

Julio 09 – LA HOSPITALIDAD – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA SOCIABLE MI VIDA HOY Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones. Cada uno según el don…

 Julio 09 – LA HOSPITALIDAD – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA SOCIABLE

MI VIDA HOY

Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones. Cada uno según el don que ha recibido, adminístrelo a los otros, como buenos dispensadores de las diferentes gracias de Dios. (1 Pedro 4:9-10)

Cuando se apaga el espíritu de hospitalidad, el corazón empieza a sufrir la parálisis del egoísmo. (MS 41, 1903)

“Amador de la hospitalidad” es una de las cualidades que, según el Espíritu Santo, han de señalar al que debe llevar responsabilidad en la iglesia. Y a toda la iglesia es dada la orden: “Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones.” (1 Pedro 4:9-10).

Estas amonestaciones han sido extrañamente descuidadas. Aun entre los que profesan ser cristianos, se ejercita poco la verdadera hospitalidad. Entre nuestro propio pueblo la oportunidad de manifestar hospitalidad no es considerada como debiera serlo: como un privilegio y una bendición. Hay enteramente muy poca sociabilidad, muy poca disposición para hacer lugar para dos o tres más en la mesa de la familia, sin molestia u ostentación. Algunos alegan que “es demasiado trabajo.” No resultaría así si dijéramos: “No hemos hecho preparativos especiales, pero le ofrecemos gustosos lo que tenemos.” El huésped inesperado aprecia una bienvenida tal mucho más que una preparación elaborada…

Cristo lleva cuenta de todo gasto en que se incurre al dar hospitalidad por causa suya. El provee todo lo que es necesario para esta obra. Los que por amor de Cristo alojan y alimentan a sus hermanos, haciendo lo mejor que pueden para que la visita sea provechosa para los huéspedes como para sí mismos, son anotados en el cielo como dignos de bendiciones especiales. (4TS:362-364)

Al abrir vuestra puerta a los menesterosos y dolientes hijos de Cristo, estáis dando la bienvenida a ángeles invisibles. Invitáis la compañía de los seres celestiales. Ellos traen una sagrada atmósfera de gozo y paz. Vienen con alabanzas en los labios, y una nota de respuesta se oye en el cielo. Cada hecho de misericordia produce música allí. (DTG:578) (201)

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