Julio 24 – LA AMISTAD ENTRE PABLO Y TIMOTEO – Mi Vida Hoy

Del tribunal de César, Pablo volvió a su celda, comprendiendo que había ganado para si apenas una breve tregua. Sabia que sus enemigos no descansarían hasta que consiguiesen su muerte. Mal sabía también que durante algún tiempo la verdad triunfara….

Sentado día tras día en su lúgubre celda, sabiendo que por una palabra o un simple gesto de Nerón su vida sería sacrificada, Pablo pensó en Timoteo, y determinó llamarlo. Timoteo había sido incumbido de cuidar de la iglesia de Éfeso, y quedó atrás cuando Pablo efectuó su último viaje a Roma. Pablo y Timoteo se unían por una afección profunda e invulgar. Desde su conversión Timoteo había tomado parte en los trabajos y sufrimientos de Pablo, y la amistad entre los dos creciera fuerte, profunda, y sagrada, y todo cuanto un hijo pueda ser para un amante y honrado padre, Timoteo lo fue para el anciano y fatigado apóstol. No es de extrañar que en su soledad Pablo desease verlo.

Bajo las más favorables circunstancias varios meses deben haber pasado antes que Timoteo llegase a Roma, viniendo de Asia Menor. Pablo sabía que su vida era incierta, y temía que Timoteo llegase demasiado tarde para verlo. Él tenía importantes consejos e instrucciones para su discípulo, a quien le había confiado tan grande responsabilidad; y aun cuando lo instaba para que viniese sin demora, dictó su testimonio final, que no podía quedar sin ser proferido. Su alma se llenó de amante solicitud por su hijo espiritual y por la iglesia a su cargo. Pablo buscó impresionar a Timoteo con la importancia de la fidelidad a su sagrada misión…. Pablo terminó la carta recomendando a su amado Timoteo a la guarda del Supremo Pastor, el cual, aun cuando los subpastores pudiesen ser abatidos, cuidaría aun de Su rebaño. (HAp:498-508). (216)