Junio 10 – Pequeños Comienzos, Grandes Finales – Virtuosa

«Subir montañas encrespadas requiere pequeños pasos al comienzo». Shakespeare Dwight L. Moody (1837-1899) llegó a ser reconocido como «el evangelista…

 Junio 10 – Pequeños Comienzos, Grandes Finales – Virtuosa

«Subir montañas encrespadas requiere pequeños pasos al comienzo».

Dwight L. Moody (1837-1899) llegó a ser reconocido como «el evangelista más grande del siglo XIX».* En varias ocasiones llenó estadios en su país, Estados Unidos, con capacidad para cuatro mil personas. En una reunión celebrada en el Botanic Gardens Palace de Inglaterra, se juntaron entre quince mil y treinta mil personas para oírlo predicar. Entre los años 1874 y 1875, acudían «muchedumbres a todas sus reuniones».** Y, como resultado de tanta gente escuchándolo predicar a Cristo, muchos se convirtieron. Lo interesante es que estos «grandes finales» tuvieron pequeños comienzos. De hecho, un pequeño comienzo.

Todo comenzó con una resolución: Moody hizo el compromiso con el Señor de que testificaría a favor de Dios sin importar el costo personal que pudiera tener para él. Decidió que no descansaría al final de cada día, a menos que pudiera decir que había hablado con una persona acerca de la salvación.

Una noche, Moody ya se había acostado cuando se dio cuenta de que ese día no le había hablado a nadie acerca de la salvación. Sin pensarlo dos veces, se levantó de la cama, se puso los zapatos y salió en plena noche en busca de un alma a quien hablarle del Señor.

No se dio cuenta de que estaba en ropa interior. Bajo una farola, encontró a un hombre y le habló de Cristo. Años después, ese mismo hombre se acercó a Moody durante una campaña de evangelización para decirle cuán impresionado se había sentido aquella noche. «Si usted hizo eso por mí en ropa interior, sin reparar en nada por Jesús», le dijo, «sentí que yo no podía hacer menos».***

Un pequeño comienzo puede traer a la luz lo que nadie nunca hubiera pensado; sobre todo, el comienzo de tomar la decisión de hacer un compromiso personal con Cristo, acompañado de responsabilidad e integridad. Ese primer paso aparentemente pequeño sentará una sólida base para la sucesión de pasos siguientes. También el reino de los cielos fue al principio como la más pequeña de las semillas, pero se hizo más grande que las otras plantas (ver Mat. 13: 31-32).

El Señor logra grandes cosas con nuestros pequeños comienzos. Comienza hoy con la decisión que debes tomar: da ese pequeño primer paso que necesitas para subir una montaña.

No desprecien este humilde comienzo, porque los ojos del Señor se deleitan en ver el trabajo iniciado» (Zacarías 4: 10, NBV).

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