• junio 23, 2024

Junio 23 – LA CLEMENCIA DISTINGUE AL CRISTIANO – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA FELIZ MI VIDA HOY Abrió su boca con sabiduría: y la ley de clemencia está en su…

 Junio 23 – LA CLEMENCIA DISTINGUE AL CRISTIANO – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA FELIZ

MI VIDA HOY

Abrió su boca con sabiduría: y la ley de clemencia está en su lengua. (Prov. 31:26)

Vuestra influencia llega al alma; no tocáis ninguna cuerda cuyas vibraciones no vuelvan a Dios… Tenéis el deber de ser cristianos en el sentido más elevado de la palabra: como Cristo. Por medio de la influencia invisible que os acerca a otros espíritus con quienes os relacionáis es como podéis grabar impresiones que os hagan sabor de vida para vida; eso si estáis en constante comunión con Dios. Por otra parte, si sois egoístas, soberbios, mundanos, sea cual fuere vuestra posición y experiencia, o por mucho que sepáis, si no tenéis la ley de bondad en vuestros labios, ni brota suave fragancia de vuestro corazón, no podréis hacer ninguna cosa como se debe hacer. (Carta 37, 1891)

La bondad, el amor y la cortesía distinguen al cristiano…Al relacionarnos con los demás, recordemos que hay capítulos en la vida de los demás que están sellados para los ojos mortales; en los libros del cielo se registran tristes historias que están vedadas a los ojos curiosos. Allí se han anotado largas y crueles batallas contra las circunstancias adversas, luchas surgidas en el seno de los hogares mismos que diariamente van minando el valor, la fe y la confianza, hasta que la fuerza viril parece caer en ruinas. Pero Jesús lo sabe todo, y nunca se olvida. Tales personas acogen las palabras bondadosas y de afecto como si fueran la sonrisa de los ángeles; un apretón de manos firme y comprensivo de parte de un amigo verdadero vale más que el oro y la plata. (Carta 16, 1886)

Las expresiones sinceras de un hermano o amigo, manifestadas con sencillez tienen poder para abrir la puerta de los corazones que necesitan la fragancia de las palabras henchidas de fervor cristiano y el toque suave y delicado del espíritu del amor de Cristo. (MS 61, 1900) (184)

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