- abril 1, 2024
Lunes 1 de abril – LUCIFER ENGAÑA, CRISTO PREVALECE – LA GUERRA DETRÁS DE TODAS LAS GUERRAS
LA GUERRA DETRÁS DE TODAS LAS GUERRAS “Hubo una gran batalla en el cielo. Miguel y sus ángeles combatieron contra…
LA GUERRA DETRÁS DE TODAS LAS GUERRAS
“Hubo una gran batalla en el cielo. Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón, y el dragón y sus ángeles combatieron; pero estos no prevalecieron, ni se halló más lugar para ellos en el cielo” (Apoc. 12:7, 8).
Lunes: 1 de abril
LUCIFER ENGAÑA, CRISTO PREVALECE
No hay explicación lógica para que Lucifer, este ángel perfecto, permitiera que el orgullo y los celos echaran raíces en su corazón y se convirtieran en rebelión contra su Creador. El orgullo de Satanás maduró en abierta rebelión. Acusó a Dios de ser injusto y tendencioso. Contagió a los ángeles con sus dudas y acusaciones.
Lee Apocalipsis 12:4. ¿Qué revela este pasaje sobre la capacidad de Satanás para engañar? ¿Cuántos ángeles cayeron por sus mentiras acerca de Dios?
Apocalipsis 12:4
4 y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.
Cuando estalló la guerra en el Cielo, los ángeles tuvieron que decidir: ¿seguirían a Jesús o a Lucifer? ¿Cuál fue la naturaleza de esta guerra en el Cielo? ¿Fue una guerra física, una guerra de ideas o ambas? No conocemos los detalles, pero el conflicto fue lo suficientemente físico como para que Satanás y sus ángeles fueran finalmente “arrojados”, y no “se halló más lugar para ellos en el Cielo” (Apoc. 12:8, 9). Esta guerra incluye, obviamente, algún tipo de elemento físico.
Una cosa es cierta acerca de la guerra en el Cielo: cada ángel tenía que decidirse a favor o en contra de Cristo. ¿A quién seguirían? ¿A quién escucharían? Los ángeles leales eligieron ser obedientes a los amorosos mandatos de Cristo, mientras que un tercio de los ángeles escuchó la voz de Lucifer, desobedeció a Dios y se perdió el Cielo. También nosotros, en este momento crítico de la historia de la Tierra, somos llamados a decidirnos a favor o en contra de Cristo. Nosotros también debemos declarar de qué lado estamos: del de Cristo o del de Satanás.
Lee Génesis 2:15 al 17; Éxodo 32:26; Josué 24:15; 1 Reyes 18:20 y 21; y Apocalipsis 22:17. ¿Qué principio fundamental del Gran Conflicto nos enseñan estos versículos?
Génesis 2:15-17
15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. 16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Éxodo 32:26
26 se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví.
Josué 24:15
15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
1 Reyes 18:20-21
20 Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel, y reunió a los profetas en el monte Carmelo. 21 Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.
Apocalipsis 22:17
17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
Cuando Dios creó a la humanidad, incluyó en lo más profundo de nuestro cerebro la capacidad de pensar, razonar y elegir. La esencia de nuestra humanidad es la capacidad de tomar decisiones morales. No somos meros robots. Fuimos creados a imagen de Dios, a diferencia de la creación animal, en nuestra capacidad de tomar decisiones morales y vivir según principios espirituales eternos. Desde la rebelión de Lucifer en el Cielo, Dios ha llamado a su pueblo a responder a su amor y a ser obediente a sus mandamientos mediante la decisión de servirlo.
¿Qué lecciones podemos aprender de la batalla en el Cielo en relación con nuestra propia batalla personal contra el mal? Si Satanás fue capaz de engañar a estos seres celestiales justos y santos, ¿qué nos dice esto sobre sus malvados intentos de engañarnos a nosotros?
Comentarios Elena G.W
Era un ser de poder y gloria admirables el que se había levantado contra Dios… Lucifer había sido el querubín cubridor. Había estado en la luz de la presencia de Dios. Había sido el más alto de todos los seres creados y el primero en revelar los propósitos de Dios al universo. Después que hubo pecado, su poder seductor era tanto más engañoso y resultaba tanto más difícil desenmascarar su carácter cuanto más exaltada había sido la posición que ocupara cerca del Padre (El Deseado de todas las gentes, p. 706).
Cuando nuestros primeros padres fueron colocados en el bello jardín del Edén, fueron probados en su lealtad a Dios. Estaban en libertad de elegir servir a Dios, o por la desobediencia aliarse con el enemigo de Dios y del hombre. Si hacían caso omiso de los mandatos de Dios y escuchaban la voz de Satanás, que hablaba a través de la serpiente, no solo perderían su derecho al Edén, sino a la vida misma…
Con cuán intenso interés observó todo el universo el conflicto que había de decidir la posición de Adán y Eva. Cuán atentamente escucharon los ángeles las palabras de Satanás… ¡Cuán ansiosamente esperaron para ver si la santa pareja sería engañada por el tentador y se rendiría a sus artificios!…
Adán y Eva se persuadieron de que un asunto tan pequeño como comer del fruto del árbol prohibido no podría resultar en una consecuencia tan terrible como Dios había declarado. Pero ese asunto pequeño era el pecado, la transgresión de la inmutable y santa ley de Dios, y abría las compuertas de la muerte y de indecibles penalidades para nuestro mundo… No estimemos al pecado como algo trivial (Tha I May Know Him, p. 14; parcialmente en A fin de conocerle, 8 de enero, p.16).
Vivimos en el tiempo del fin, y Satanás está trabajando con poder y maestría mediante tentaciones sutiles a fin de vencer a los que creen en Jesús. Pero debemos ser guardados “por el poder de Dios”; por lo tanto, en la tentación dé gloria a Dios, que es capaz de guardar al alma creyente para que no sea vencida por el astuto enemigo…
El sagaz engañador ha demostrado ser acusador, mentiroso, atormentador y asesino; pero no importa qué cosa induzca a otros a decir de Ud., el Señor puede decirle como dijo a Pedro: «Apártate de mí, Satanás». Puede decirle: «No debes colocarte entre mí y el alma por la cual morí como rescate». Está en usted… el resistir a Satanás con sus tentaciones y aferrarse de Cristo. Manténgase cerca de Jesús, coloque su mano en la suya, y él sostendrá firmemente su mano. Nunca abandonará al alma que confía en él (Alza tus ojos, 28 de enero, p. 40).