Lunes 1 de julio – UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD – EL COMIENZO DEL EVANGELIO

EL COMIENZO DEL EVANGELIO “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios.…

 Lunes 1 de julio – UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD – EL COMIENZO DEL EVANGELIO

EL COMIENZO DEL EVANGELIO

“Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios. Decía: ‘El tiempo se ha cumplido, el reino de Dios está cerca. ¡Arrepiéntanse, y crean al evangelio!’ ” (Mar. 1:14, 15).

Lunes: 1 de julio

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD

Lee Hechos 15:36 al 39. ¿Por qué rechazó Pablo a Juan Marcos y por qué Bernabé le dio una segunda oportunidad?

 

Hechos 15:36-39

36 Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están. 37 Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; 38 pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra. 39 Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre,

En Hechos 15:38 se da la razón por la que Pablo rechazó al joven. Juan Marcos se había apartado de ellos y no continuó en la obra del ministerio. La actitud de Pablo era comprensible, aunque categórica. La vida misionera, sobre todo en el mundo antiguo, era dura y exigente (ver 2 Cor. 11:23-28). Pablo dependía de sus misioneros asociados para que lo ayudaran a llevar la carga de una tarea y unas condiciones muy desafiantes. Desde su perspectiva, alguien que había desertado tan rápidamente no merecía un lugar en un equipo misionero que luchaba cara a cara con las fuerzas del mal.

Bernabé no estuvo de acuerdo. Él veía potencial en Marcos y no quería dejar atrás al joven. La disputa que se suscitó entre Pablo y Bernabé respecto de Juan Marcos fue tan profunda que se separaron. Pablo eligió a Silas para que fuera con él, y Bernabé tomó a Marcos. Hechos no explica por qué Bernabé decidió llevar a Marcos consigo. En verdad, este es el último pasaje del libro de Hechos que menciona a ambos hombres, pero no el último lugar del Nuevo Testamento donde se lo nombra a Marcos.

Lee Colosenses 4:10, 2 Timoteo 4:11, Filemón 1:24 y 1 Pedro 5:13. ¿Qué detalles acerca de la recuperación de Marcos parecen sugerir estos textos?

 

Colosenses 4:10

10 Aristarco, mi compañero de prisiones, os saluda, y Marcos el sobrino de Bernabé, acerca del cual habéis recibido mandamientos; si fuere a vosotros, recibidle;

 

2 Timoteo 4:11

11 Solo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio.

 

Filemón 1:24

24 Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores.

 

1 Pedro 5:13

13 La iglesia que está en Babilonia, elegida juntamente con vosotros, y Marcos mi hijo, os saludan.

Una asombrosa transformación parece haber ocurrido en Marcos. En estos pasajes, Pablo indica el valor que el joven tiene para él y para el ministerio. Pablo lo considera uno de sus colaboradores y quiere que Timoteo lo traiga consigo. Pedro, en su primera epístola, indica que él también tenía una relación estrecha con Marcos. Estos documentos de Pablo y Pedro fueron escritos probablemente a principios de la década del ‘60, entre quince y veinte años después de la experiencia registrada en Hechos 15. Marcos claramente se había recuperado de su fracaso; esto ocurrió, casi con certeza, gracias a la confianza que su tío Bernabé había depositado en él.

Piensa en alguna ocasión en la que tú o un amigo fracasaron y recibieron otra oportunidad. ¿De qué manera esa experiencia te transformó a ti y a quienes te ayudaron? ¿Cómo modificó tu ministerio hacia otros?

Comentarios Elena G.W

Bernabé estaba dispuesto a ir con Pablo, pero deseaba llevar consigo a Marcos, quien había decidido de nuevo consagrarse al ministerio. Pablo se opuso a esto. “No le parecía bien llevar consigo” a uno que durante su primer viaje misionero los había abandonado en tiempo de necesidad. No estaba inclinado a excusar la debilidad manifestada por Marcos al abandonar la obra en procura de la seguridad y las comodidades del hogar. Recalcaba que uno con tan poca fibra era inapto para un trabajo que requería paciencia, abnegación, valor, devoción, fe y disposición a sacrificar, si fuera necesario, hasta la vida misma. Tan áspera fue la disputa, que Pablo y Bernabé se separaron, siguiendo el último sus convicciones y llevando consigo a Marcos. “Bernabé tomando a Marcos, navegó a Cipro. Y Pablo escogiendo a Silas, partió encomendado de los hermanos a la gracia del Señor” (Los hechos de los apóstoles, pp. 164, 165).

Desde los primeros años de su profesión de fe, la experiencia cristiana de Marcos se había profundizado. A medida que estudiaba más atentamente la vida y muerte de Cristo, obtenía más claros conceptos de la misión del Salvador, sus afanes y conflictos. Leyendo en las cicatrices de las manos y los pies de Cristo las señales de su servicio por la humanidad, y el extremo a que llega la abnegación para salvar a los extraviados y perdidos, Marcos se constituyó en un seguidor voluntario del Maestro en la senda del sacrificio. Ahora, compartiendo la suerte de Pablo, el preso, comprendía mejor que nunca antes que es una infinita ganancia alcanzar a Cristo, e infinita pérdida ganar el mundo y perder el alma por cuya redención la sangre de Cristo fue derramada. Frente a la severa prueba y adversidad, Marcos continuó firmemente, como sabio y amado ayudador del apóstol (Los hechos de los apóstoles, p. 363).

Cuando Dios prepara el camino para la realización de cierta obra, y da seguridad de éxito, el instrumento escogido debe hacer cuanto está en su poder para obtener el resultado prometido. Se le dará éxito en proporción al entusiasmo y la perseverancia con que haga la obra. Dios puede realizar milagros para su pueblo tan solo si este desempeña su parte con energía incansable. Llama a su obra hombres de devoción y de valor moral, que sientan un amor ardiente por las almas y un celo inquebrantable. Los tales no hallarán ninguna tarea demasiado ardua, ninguna perspectiva demasiado desesperada; y seguirán trabajando indómitos hasta que la derrota aparente se trueque en gloriosa victoria. Ni siquiera las murallas de las cárceles ni la hoguera del mártir los desviarán de su propósito de trabajar juntamente con Dios para la edificación de su reino (Profetas y reyes, p. 196).

Elena G.W

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