Lunes 12 de agosto – EL COSTO DEL DISCIPULADO – INSTRUYENDO A LOS DISCÍPULOS: PARTE 1

INSTRUYENDO A LOS DISCÍPULOS: PARTE 1 “Luego Jesús llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo: ‘Si…

 Lunes 12 de agosto – EL COSTO DEL DISCIPULADO – INSTRUYENDO A LOS DISCÍPULOS: PARTE 1

INSTRUYENDO A LOS DISCÍPULOS: PARTE 1

“Luego Jesús llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo: ‘Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame’ ” (Mar. 8:34).

Lunes 12 de agosto

EL COSTO DEL DISCIPULADO

Lee Marcos 8:31 al 38. ¿Qué dice aquí Jesús acerca del costo de seguirlo?

Los discípulos habían llegado a un punto decisivo en su relación con Jesús. Ahora saben que él es el Mesías. El lector de Marcos lo sabe desde el comienzo del libro (Mar. 1:1) y, por lo tanto, ha tenido una ventaja con respecto a los discípulos, a veces torpes.

En un principio, cuando Jesús los llamó, dijo que los convertiría en pescadores de hombres (Mar. 1:17). No hubo problemas entonces. Pero ahora que realmente saben quién es, él les revela el objetivo de su misión: que le es necesario padecer muchas cosas, ser rechazado, morir y resucitar después de tres días.

Son noticias impactantes. Pedro, quien acaba de confesar que Jesús es el Mesías, lo lleva aparte y comienza a reprenderlo por decir eso. El evangelista presenta todo esto en forma de discurso indirecto, pero ahora reporta las palabras de Jesús, palabras que sin duda dejaron pasmado a Pedro mientras las escuchaba. El Maestro lo llama Satanás y le dice que se aparte de su camino, puesto que tales pensamientos no están en armonía con la voluntad de Dios.

“Las palabras de Pedro no eran de naturaleza que fuesen de ayuda y solaz para Jesús en la gran prueba que lo esperaba. No estaban en armonía con el misericordioso propósito de Dios hacia un mundo perdido, ni con la lección de abnegación que Jesús había venido a enseñar por medio de su propio ejemplo” (DTG 384).

Los seguidores de Jesús están llamados a tener el mismo objetivo que él tiene, a tomar su cruz y seguirlo. La crucifixión era el método romano de ejecución más cruel, humillante e intimidatorio. Todos querían evitar la cruz. Por lo tanto, ¿cómo querría alguien adoptar la cruz como símbolo de su devoción a Jesús?

Jesús no solo explica el costo del discipulado, sino también su gran recompensa. En la paradoja de la fe cristiana, perder la vida llega a ser la manera de encontrarla. En contraste, ganar el mundo entero pero renunciar a la vida eterna carece de sentido, así como el misionero Jim Elliot lo expresó en su diario personal el 28 de octubre de 1949: “No es tonto quien da lo que no puede conservar para ganar lo que no puede perder”.

“El que ama su vida la perderá; y el que desprecia su vida en este mundo, para vida eterna la guardará” (Juan 12:25). ¿Cómo has experimentado la realidad de estas palabras?

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