Lunes 15 de julio – EL LLAMADO DE LEVÍ Y LA PREGUNTA ACERCA DEL AYUNO – CONTROVERSIAS

CONTROVERSIAS “También les dijo: ‘El sábado fue hecho para el hombre, no el hombre para el sábado. Así, el Hijo…

 Lunes 15 de julio – EL LLAMADO DE LEVÍ Y LA PREGUNTA ACERCA DEL AYUNO – CONTROVERSIAS

CONTROVERSIAS

“También les dijo: ‘El sábado fue hecho para el hombre, no el hombre para el sábado. Así, el Hijo del hombre es también Señor del sábado’ ” (Mar. 2:27, 28).

Lunes: 15 de julio

EL LLAMADO DE LEVÍ Y LA PREGUNTA ACERCA DEL AYUNO

Lee Marcos 2:13 al 22. ¿Quién era Leví, el hijo de Alfeo, y por qué podría haber surgido alguna objeción a que llegara a ser un discípulo de Jesús?

 

Marcos 2:13-22

13 Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba. 14 Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió. 15 Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido. 16 Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores? 17 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores. 18 Y los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunaban; y vinieron, y le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan? 19 Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas ayunar mientras está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden ayunar. 20 Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán. 21 Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace peor la rotura. 22 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar.

En los días de Jesús los publicanos, o recolectores de impuestos, eran funcionarios que estaban a las órdenes del Gobierno local o de Roma. No eran populares entre la población judía en Judea porque a menudo exigían más de lo debido y se enriquecían a costa de sus compatriotas. El tratado mishnaico Tohoroth, un comentario judío acerca de la ley religiosa, dice: “Si un publicano entra en una casa [todo lo que está dentro de ella] se vuelve inmundo…”

Por lo tanto, no es sorpresa que los escribas inquirieran en tono de desaprobación: “¿Qué es esto, que él come y bebe con publicanos y pecadores?”

¿Cómo respondió Jesús esa pregunta? No la rechazó, sino que la revirtió, indicando que son los enfermos, no los sanos, quienes necesitan un doctor. Reclamó de esa manera para sí el título de médico espiritual, aquel que puede sanar el alma enferma de pecado. ¿Acaso no debería un doctor ir donde están los enfermos?

Marcos 2:18 al 22 inicia un nuevo tema. Se trata de la historia central de estos cinco relatos relacionados con la controversia. Mientras que la sección previa incluyó una fiesta provista por Leví, esta gira en torno a la pregunta de por qué los discípulos de Jesús no ayunan, a diferencia de los de Juan el Bautista y de los fariseos. Jesús responde con una ilustración o parábola en la que compara su presencia con una fiesta de bodas. Sería inconcebible que en una ocasión tal los invitados ayunaran. Pero Jesús predice un día en el que el novio les sería quitado, en alusión a la Cruz. Habría entonces tiempo de sobra para ayunar.

Jesús continúa con dos ilustraciones que subrayan el contraste entre su enseñanza y la de los dirigentes religiosos: la del remiendo de tela nueva en un vestido viejo, y la del vino nuevo en odres viejos. Qué manera interesante de contrastar la enseñanza de Jesús y la de los dirigentes religiosos, ya que muestra cuán corrompidas habían llegado a estar las costumbres de los maestros. Sin embargo, aun la religión verdadera puede convertirse en tinieblas si las personas no son cuidadosas.

¿Quiénes son los que hoy podrían ser vistos como los recaudadores de impuestos de los tiempos de Jesús? ¿Cómo podemos ajustar nuestra manera de pensar acerca de ellos?

Comentarios Elena G.W

Mateo, humildemente agradecido, deseó demostrar su aprecio por el honor que había recibido, e invitando a los que habían sido sus compañeros de negocios, placer y pecado, preparó una gran fiesta para el Salvador. Si Jesús estuvo dispuesto a llamarlo a él, que era tan pecador e indigno, con seguridad aceptaría a sus antiguos compañeros que, según creía Mateo, eran mucho más dignos que él. Mateo tenía el gran anhelo de que compartieran los beneficios de las misericordias y la gracia de Cristo. Deseaba que supieran que Cristo -a diferencia de los escribas y fariseos- no despreciaba ni odiaba a los publicanos y pecadores. Quería que conocieran a Cristo como el bendito Salvador…

Jesús nunca rechazó una invitación a una fiesta tal. El propósito que siempre estaba delante de él era sembrar en los corazones de sus oyentes las semillas de la verdad mediante su encantadora conversación que le ganaba los corazones. En cada sus actos Cristo tenía un propósito, y la lección que dio en esta ocasión fue oportuna y apropiada. Por medio de ese acto declaró que ni aun los publicanos y pecadores estaban excluidos de su presencia. Estos ahora podían testificar que Cristo los honraba con su presencia y conversaba con ellos (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 5, p. 1094).

En los escribas, fariseos y gobernantes, Jesús no encontró los odres para su vino nuevo. Se vio obligado a apartarse de ellos y acudir a hombres humildes, cuyos corazones no estuvieran llenos de envidia, codicia y justicia propia. Los humildes pescadores obedecieron el llamamiento del Maestro divino, en tanto que los escribas y fariseos rehusaron ser convertidos.

Los discípulos de Jesús eran indoctos y estaban lejos de poseer un carácter perfecto cuando Jesús los invitó a unirse con él; pero estuvieron listos a aprender del Maestro más notable que el mundo jamás conociera. Eran hombres verdaderamente convertidos y se transformaron en los nuevos odres en los cuales Jesús pudo derramar el vino nuevo de su reino (Exaltad a Jesús, p. 253).

Los rabinos tenían el dicho de que hay regocijo en el cielo cuando es destruido uno que ha pecado contra Dios; pero Jesús enseñó que la obra de destrucción es una obra extraña…

Cada alma que Cristo ha rescatado está llamada a trabajar en su nombre para la salvación de los perdidos. Esta obra había sido descuidada en Israel. ¿No es descuidada hoy día por los que profesan ser los seguidores de Cristo?

Cuando te apartas de los que no parecen promisorios ni atractivos, ¿te das cuenta de que estás descuidando las almas que está buscando Cristo? En el preciso momento en que te apartas de ellos, quizá es cuando necesiten más de tu compasión. En cada reunión de culto, hay almas que anhelan descanso y paz. Quizá parezca que viven vidas descuidadas, pero no son insensibles a la influencia del Espíritu Santo. Muchas de ellas pueden ser ganadas para Cristo (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 148-150).

Elena G.W

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