Lunes 16 de octubre – SER UNA BENDICIÓN PARA EL MUNDO ENTERO – EL LLAMADO DE DIOS A LA MISIÓN

EL LLAMADO DE DIOS A LA MISIÓN “Pero recibirán poder cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo, y me serán…

 Lunes 16 de octubre – SER UNA BENDICIÓN PARA EL MUNDO ENTERO – EL LLAMADO DE DIOS A LA MISIÓN

EL LLAMADO DE DIOS A LA MISIÓN

“Pero recibirán poder cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo, y me serán testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).

Domingo: 15 de octubre

SALIR DE NUESTRA ZONA DE CONFORT

Lee Génesis 12:1 al 3. ¿En qué sentido las instrucciones de Dios a Abram eran un llamado a la misión?

 

Génesis 12:1-3

1 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

Dios le pidió a Abram (cuyo nombre cambió más tarde por el de Abraham) que dejara su país y su pueblo, y se fuera a otra tierra. Todo formaba parte del plan de Dios de utilizar a Abraham como vehículo para cumplir sus propósitos divinos en la Tierra. Y Abraham salió, de acuerdo con la Palabra del Señor. Si Dios tiene un plan para ti, puede ser un llamado para que dejes a tu familia extendida y a tu pueblo y vayas a un lugar que él está preparando para que lo sirvas y puedas ser una bendición para los demás.

Lee los siguientes versículos. ¿Qué nos dice cada texto sobre el pacto de Dios, que es la promesa que nos hace?

 

Gén. 3:15

15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

 

Gén. 17:19

19 Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él.

 

Núm. 24:17

17 Lo veré, mas no ahora; Lo miraré, mas no de cerca; Saldrá ESTRELLA de Jacob, Y se levantará cetro de Israel, Y herirá las sienes de Moab, Y destruirá a todos los hijos de Set.

 

Isa. 9:6

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

 

Dan. 9:24–27

24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. 25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. 27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.

 

Mat. 1:21

21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

De los textos anteriores se desprende claramente que Dios iba a cumplir la promesa, hecha en el Jardín del Edén, de que Alguien vendría como solución al problema del pecado. Esta solución, Jesucristo, el Mesías, iba a surgir del linaje de Abraham e Isaac (por medio de Sara). Hebreos 11:9 afirma que Isaac y Jacob eran herederos de la promesa de bendición que Dios hizo a Abraham.

No sabemos con exactitud cuánto sabía o comprendía el propio Abraham respecto de cómo surgiría la Simiente prometida por medio de él, pero de todos modos actuó por fe. “Por la fe Abraham, cuando fue llamado por Dios, obedeció para salir al lugar que había de recibir en herencia; y salió sin saber a dónde iba” (Heb. 11:8).

¡Qué ejemplo para nosotros!

Supongamos que Dios te llama a salir “sin saber” adónde vas. ¿Cómo responderías y por qué?

Comentarios Elena G.W

La sentencia pronunciada contra Satanás: «Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar» (Génesis 3: 15), era para nuestros primeros padres la promesa de la redención que iba a obrarse por Cristo…

El Mesías había de ser del linaje real; porque en la profecía pronunciada por Jacob el Señor dijo: «No será quitado el cetro de Judá, y el legislador de entre sus pies, hasta que venga Shiloh; y a él se congregarán los pueblos». Génesis 49: 10.

Isaías profetizó. haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes de David. He aquí, que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones. He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti; por causa de Jehová tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado». Isaías 1 1:1; 55:3-5 (Los hechos de los apóstoles, pp. 180, 181).

[Cristo] dejó su hogar de seguridad y paz, dejó la gloria que él tenía con el Padre antes que el mundo fuese, dejó su puesto en el trono del universo. Salió como uno que sufre, como hombre tentado; salió solo, para sembrar con lágrimas, para verter su sangre, la simiente de vida para el mundo perdido.

Sus servidores deben salir a sembrar de la misma manera. Cuando Abraham recibió el llamamiento a ser un sembrador de la simiente de verdad, se le ordenó: «Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré». «Y salió sin saber adónde iba». Hebreos 11:8… Así los que son llamados a unirse con Cristo deben dejarlo todo para seguirle a él. Las antiguas relaciones deben ser rotas, deben abandonarse los planes de la vida, debe renunciarse a las esperanzas terrenales. La semilla debe sembrarse con trabajo y lágrimas, en la soledad y mediante el sacrificio (Palabras de vida del gran Maestro, p. 19).

Hay personas que podrían estar en situaciones favorables en todas las cosas de la vida, pero Dios puede tener para ellos una obra que hacer en otra parte, una obra que no podrían hacer entre sus parientes y amigos. La misma comodidad y los parientes que los rodean pueden impedirles desarrollar los rasgos de carácter que Dios quisiera que desarrollaran. Pero Dios ve que cambiando su situación y enviándolos a lugares cuyo ambiente sea completamente diferente, ellos estarán en el sitio donde mejor podrán desarrollar un carácter que lo glorifique…

Cuando nos situamos donde todo es comodidad y facilidad, no sentimos tanto la necesidad de depender momento a momento de Dios. Dios en su providencia nos coloca en situaciones en las cuales sentimos nuestra necesidad de su ayuda y poder, y ama revelarse a nosotros (En los lugares celestiales, p. 114).

Elena G.W

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