Lunes 20 de marzo – LAS RECOMPENSAS DE LA FIDELIDAD

LAS RECOMPENSAS DE LA FIDELIDAD “Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel! Sobre poco has sido fiel, sobre…

 Lunes 20 de marzo – LAS RECOMPENSAS DE LA FIDELIDAD

LAS RECOMPENSAS DE LA FIDELIDAD

“Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel! Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor’” (Mat. 25:21).

Lunes: 20 de Marzo

LA VIDA ETERNA

A los seres humanos (ya sea que nos guste o no) nos espera una Eternidad. Y, según la Biblia, esta Eternidad se presentará en una de estas dos formas, al menos para cada uno de nosotros individualmente: la vida eterna o la muerte eterna. Eso es todo. No hay término medio. Nada de estar con un pie en cada lado. Una de dos: o es la vida o es la muerte. Esta es verdaderamente una cuestión de a todo o nada. 

Lee Romanos 6:23 y Juan 3:16. ¿Qué opciones se nos presentan?

Es difícil imaginar dos opciones más marcadas o distintas, ¿verdad?

Lo más probable es que, si estás leyendo esto, hayas elegido la vida eterna, o con determinación estés pensando en ello. Dios tiene la capacidad única de hacer todo lo que dice que puede hacer: cumplir todas sus promesas. Nuestra parte es simplemente creerle, descansar en los méritos de Jesús y por fe obedecer su Palabra.

Lee Juan 14:1 al 3. ¿Cuál es el consejo del Señor para nosotros en el versículo 1 y qué nos promete en los versículos 2 y 3?

En los últimos días de su ministerio terrenal, Jesús pronunció estas sorprendentes palabras de esperanza y valor para sus discípulos. Estas palabras les levantarían el ánimo en tiempos de desaliento y prueba. Y deberían hacer lo mismo por nosotros. Jesús vino del cielo, volvió al cielo y nos prometió: “Vendré otra vez, y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, ustedes también estén”.

Y, más que cualquier otra cosa, la muerte de Cristo en la Cruz, en su primera venida, es nuestra mayor seguridad de su segunda venida, porque sin la segunda venida, ¿de qué serviría su primera venida? Así como estamos seguros de que Jesús murió por nosotros en la Cruz, debemos tener la convicción de que cumplirá lo que prometió: “Vendré otra vez, y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, ustedes también estén” (Juan 14:3).

Reflexiona sobre la idea de que la primera venida de Cristo es la garantía de su segunda venida. ¿Qué sucedió en la Primera Venida que hace de la Segunda Venida una promesa en la que podemos confiar?

Comentarios Elena G.W

Que ninguno disminuya la fuerza de la verdad para este tiempo. Nuestra preocupación debe ser la verdad presente. El mensaje del tercer ángel debe cumplir su obra de separar de las iglesias a un pueblo que se sostendrá sobre la plataforma de la verdad eterna. Nuestro mensaje es de vida o muerte, y debemos permitir que aparezca tal como es: el gran poder de Dios. Debemos presentarlo en toda la fuerza de su expresión. Entonces el Señor lo hará efectivo. Es nuestro privilegio esperar grandes cosas, aún la demostración del Espíritu de Dios. Este es el poder que convertirá el alma (Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 68). Cuando el ministerio terrenal de Cristo estaba por terminar, y él comprendía que debía dejar pronto a sus discípulos para que continuaran la obra sin su superintendencia personal, trató de animarlos y prepararlos para lo futuro. No los engañó con falsas esperanzas. Como en un libro abierto leía lo que iba a suceder. Sabía que estaba por separarse de ellos y dejarlos como ovejas entre lobos. Sabía que iban a sufrir persecución, que iban a ser expulsados de las sinagogas y encarcelados. Sabía que por testificar de él como el Mesías, algunos de ellos serían muertos, y les dijo algo de esto. Al hablarles del futuro de ellos, lo hacía en forma clara y definida, para que en sus pruebas venideras pudieran recordar sus palabras y ser fortalecidos creyendo en él como el Redentor. Les habló también palabras de esperanza y valor. "No se turbe vuestro corazón —dijo—. Creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay: de otra manera os lo hubiera dicho: voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere, y os aparejare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo: para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde yo voy; y sabéis el camino". Juan 14: 1-4. Por amor a vosotros he venido al mundo, por vosotros he trabajado. Cuando me vaya, todavía trabajaré fervientemente por vosotros. Vine al mundo para revelarme a vosotros, para que pudierais creer. Voy a mi Padre y a vuestro Padre para cooperar con él en favor vuestro (Los hechos de los apóstoles, p. 18). Los dirigentes de Israel profesaban comprender las profecías, pero habían albergado ideas falsas con relación a la forma en que Cristo vendría. Satanás los había engañado; y ellos aplicaban toda la gloria de la segunda venida de Cristo a su primera aparición. En su primer advenimiento querían ver todos los acontecimientos maravillosos que caracterizarán su segunda venida. Por esta razón, cuando vino no estaban preparados para recibirlo... Entre el primer advenimiento de Cristo y el segundo se percibirá un contraste extraordinario. Ningún lenguaje humano es capaz de describir las escenas relativas a la segunda venida del Hijo del hombre en las nubes de los cielos. Aparecerá con su propia gloria, y con la gloria de su Padre y la de sus santos ángeles. Vendrá cubierto con sus ropajes de luz, que ha tenido desde los días de la eternidad (Exaltad a Jesús, p. 367).

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