Lunes 3 de junio – LA MUERTE EN EL ANTIGUO TESTAMENTO – EL ESPIRITISMO DESENMASCARADO

EL ESPIRITISMO DESENMASCARADO “El mismo Señor descenderá del Cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta…

 Lunes 3 de junio – LA MUERTE EN EL ANTIGUO TESTAMENTO – EL ESPIRITISMO DESENMASCARADO

EL ESPIRITISMO DESENMASCARADO

“El mismo Señor descenderá del Cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes, a recibir al Señor en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tes. 4:16, 17).

Lunes: 3 de junio

LA MUERTE EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Lee Salmos 6:5; 115:17; 1 Reyes 2:10; 11:43; y 14:20. ¿Qué enseñan estos versículos sobre el estado de los muertos?

 

Salmos 6:5

Porque en la muerte no hay memoria de ti; En el Seol, ¿quién te alabará?

 

Salmos 115:17

17 No alabarán los muertos a JAH, Ni cuantos descienden al silencio;

 

1 Reyes 2:10

10 Y durmió David con sus padres, y fue sepultado en su ciudad.

 

1 Reyes 11:43

43 Y durmió Salomón con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de su padre David; y reinó en su lugar Roboam su hijo.

 

1 Reyes 14:20

20 El tiempo que reinó Jeroboam fue de veintidós años; y habiendo dormido con sus padres, reinó en su lugar Nadab su hijo.

El Antiguo Testamento no enseña la inmortalidad del alma. Tampoco enseña que después de la muerte los fieles vuelan a la dicha del Cielo por la eternidad, ni que después de la muerte los infieles descienden al infierno, donde arden por la eternidad. Enseña que la muerte es un sueño. El libro de Reyes utiliza la expresión “durmió con sus padres” para describir la muerte de los patriarcas. Los Salmos la llaman el “sueño de la muerte” (Sal. 13:3, NVI; comparar con Sal. 90:5). En referencia a la muerte, Job habla de no despertar del sueño (Job 14:12). El salmista añade: “Pero yo, en justicia veré tu rostro. Quedaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza” (Sal. 17:15).

En el contexto de la derrota y la destrucción del ejército asirio, Salmo 76:6 llama “profundo sueño” (NBLA) a la muerte de los soldados. La idea de los muertos como espíritus incorpóreos que vuelan alrededor para comunicarse con los vivos de ningún modo es un concepto bíblico, sino paganismo puro.

No entender la verdad sobre la muerte nos deja expuestos a los engaños de Satanás. “Muchos serán confrontados con espíritus de demonios que personificarán a parientes o amigos queridos y que proclamarán las herejías más peligrosas. Estos espíritus apelarán a nuestros más tiernos sentimientos de simpatía y harán milagros con el fin de sostener sus asertos. Debemos estar listos para resistirlos con la verdad bíblica de que los muertos no saben nada y de que los que aparecen como tales son espíritus de demonios” (Elena de White, El conflicto de los siglos, p. 616).

Lee Daniel 12:2; y Job 19:25 y 26. ¿Qué elementos sobre el estado de los muertos añaden estos versículos?

 

Daniel 12:2

Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.

 

Job 19:25-26

25 Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; 26 Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios;

La muerte es descansar en el sueño hasta la resurrección. No hay espíritus incorpóreos que vuelen alrededor para comunicarse con los vivos. Aunque los paganos creían en un mundo espiritual, los israelitas entendían la muerte como un sueño hasta la mañana de la resurrección.

Aunque lloramos por los muertos, piensa así de los que mueren en Cristo: ellos cierran los ojos en la muerte y luego, independientemente del tiempo que pase hasta que Jesús regrese, lo siguiente que verán será la Segunda Venida. El primer pensamiento que podrían llegar a tener en la resurrección es: ¡Guau! Al fin y al cabo, ¡Jesús realmente regresó pronto!

Comentarios Elena G.W

En ningún pasaje de las Santas Escrituras se encuentra declaración alguna de que los justos reciban su recompensa y los malos su castigo en el momento de la muerte. Los patriarcas y los profetas no dieron tal seguridad. Cristo y sus apóstoles no la mencionaron siquiera. La Biblia enseña a las claras que los muertos no van inmediatamente al cielo. Se les representa como si estuvieran durmiendo hasta el día de la resurrección. 1 Tesalonicenses 4:14; Job 14:10-12. El día mismo en que se corta el cordón de plata y se quiebra el tazón de oro (Eclesiastés 12:6), perecen los pensamientos de los hombres. Los que bajan a la tumba permanecen en el silencio. Nada saben de lo que se hace bajo el sol. Job 14:21. ¡Descanso bendito para los exhaustos justos! Largo o corto, el tiempo no les parecerá más que un momento. Duermen hasta que la trompeta de Dios los despierte para entrar en una gloriosa inmortalidad… En el momento en que sean despertados de su profundo sueño, reanudarán el curso de sus pensamientos interrumpidos por la muerte. La última sensación fue la angustia de la muerte. El último pensamiento era el de que caían bajo el poder del sepulcro. Cuando se levanten de la tumba, su primer alegre pensamiento se expresará en el hermoso grito de triunfo: «¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿dónde está, oh sepulcro, tu victoria?». 1 Corintios 15:55 (El conflicto de los siglos, pp. 537, 538).

Cristo se identificó con los seres humanos, para que ellos pudieran ser uno en Espíritu y vida con él. En virtud de esta unión a obediencia a la Palabra de Dios, su vida llega a ser la vida de ellos. Cristo dice al pecador arrepentido: «Yo soy la resurrección y la vida» (Juan 11:25). Para Cristo la muerte es un sueño: silencio, tinieblas, dormir. Se refiere a ella como si fuera un breve momento. «Todo aquel que vive y cree en mí», dice Jesús, «no morirá eternamente» (Juan 11:26). Por eso, para el creyente, la muerte es realmente asunto de poca importancia; ya que para él la muerte no es nada más que un sueño.

El mismo poder que resucitó a Cristo de los muertos resucitaría a su iglesia, y la glorificará con Cristo como esposa suya, por encima de todos los principados y potestades, por encima de todo nombre, no solo de este mundo, sino de los atrios celestiales, o sea, del mundo superior. La victoria de los santos que duermen será gloriosa en la mañana de la resurrección (Mi vida hoy, 18 de octubre, p. 299).

La voz que clamó desde la cruz: «Consumado es», fue oída entre los muertos. Atravesó las paredes de los sepulcros y ordenó a los que dormían que se levantasen. Así sucederá cuando la voz de Cristo sea oída desde el cielo. Esa voz penetrará en las tumbas y abrirá los sepulcros, y los muertos en Cristo resucitarán. En ocasión de la resurrección de Cristo, unas pocas tumbas fueron abiertas; pero en su segunda venida, todos los preciosos muertos oirán su voz y surgirán a una vida gloriosa e inmortal (El Deseado de todas las gentes, p. 731).

Elena G.W

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