Martes 18 de junio – ¿A QUIÉN ADORAMOS? – LOS ACONTECIMIENTOS FINALES DE LA TIERRA

LOS ACONTECIMIENTOS FINALES DE LA TIERRA “Compra la verdad y no la vendas; adquiere sabiduría, disciplina e inteligencia” (Prov. 23:23).…

 Martes 18 de junio – ¿A QUIÉN ADORAMOS? – LOS ACONTECIMIENTOS FINALES DE LA TIERRA

LOS ACONTECIMIENTOS FINALES DE LA TIERRA

“Compra la verdad y no la vendas; adquiere sabiduría, disciplina e inteligencia” (Prov. 23:23).

Martes: 18 de junio

¿A QUIÉN ADORAMOS?

En los últimos días, el gran conflicto en torno a la adoración se desplegará de una manera dramática. ¿Adoramos al Creador o adoramos a la bestia y su imagen? No hay término medio. El primer ángel de Apocalipsis 14 insta a hombres y mujeres a adorar “al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apoc. 14:7). Como apoyo adicional a este llamado celestial, el tercer ángel revela las terribles consecuencias de adorar a la bestia: “Beberá[n] del vino de la ira de Dios, vaciado puro en la copa de su ira” (Apoc. 14:10). En cambio, los que adoran al Creador “guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apoc. 14:12).

La Creación es la base de la verdadera adoración (Apoc. 4:11). Puesto que Dios es “quien creó todas las cosas” (Efe. 3:9), Satanás odia al Creador y ha intentado por medio de poderes terrenales cambiar el sábado, el monumento conmemorativo de la Creación (Dan. 7:25). El conflicto venidero sobre la Ley de Dios se centra en la autoridad. Si Satanás puede erradicar la adoración del sábado, declarará que su autoridad es mayor que la autoridad de Dios. Para lograr esto, Satanás intentará convencer o coaccionar al mundo entero para que acepte un día de reposo falso.

Aunque ahora parezca difícil que esto pueda suceder, como hemos señalado antes, el mundo está cambiando dramáticamente. La crisis de la COVID-19 nos mostró que de la noche a la mañana nuestro mundo puede convertirse en un lugar diferente. Aunque no conocemos los detalles que conducen a la marca de la bestia, no es muy difícil de imaginar. El mundo es muy inestable y, por cierto, con la asombrosa tecnología que existe actualmente, lo que la Biblia advierte puede llegar a suceder más rápidamente de lo que ahora podríamos imaginar.

Lee Apocalipsis 13:13 al 17. ¿Qué castigos específicos se imponen a los que no reciben la marca de la bestia?

 

Apocalipsis 13:13-17

13 También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. 14 Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. 15 Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. 16 Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; 17 y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.

Quienes son fieles a Cristo en lugar de seguir a la bestia y su imagen se enfrentarán a sanciones económicas, así como a la amenaza de muerte. La humanidad todavía es lo que siempre ha sido: corrupta, sedienta de poder y violenta. Por más que todavía no sepamos exactamente cómo se desarrollarán los acontecimientos finales, no debería ser demasiado difícil prever la persecución del tiempo del fin. Aunque Juan escribió estas palabras en un contexto completamente distinto, lo dicen todo. En referencia a Jesús, Juan escribió que él “no necesitaba que nadie le dijera nada acerca de los hombres, porque él sabía lo que hay en el hombre” (Juan 2:25).

Piensa en la corrupción de la humanidad y en el mal que los seres humanos son capaces de hacer. ¿Por qué esto muestra la facilidad con que podrían producirse los acontecimientos finales? Y, aún más, ¿qué debería enseñarnos esta triste verdad sobre la protección de nuestro corazón?

Comentarios Elena G.W

En los consejos de la sinagoga de Satanás se determinó borrar el símbolo de lealtad a Dios en el mundo. El Anticristo, el hombre de pecado, se exaltó a sí mismo como supremo en la tierra, y por medio de él Satanás ha obrado magistralmente para crear la rebelión contra la ley de Dios y contra el memorial de sus obras creadas. ¿No es esto pecado e iniquidad? ¿Qué mayor desprecio podría hacerse al Señor Dios, Creador de los cielos y de la tierra, que el que se le hace al ignorar el sábado, que él instituyó, santificó y bendijo, para que fuera siempre un monumento conmemorativo de su poder como Creador? ¿Cómo se atreven los hombres a cambiar y profanar el día que Dios ha santificado? ¿Cómo se atreve el mundo cristiano a aceptar el sábado espurio, hijo del papado? El mundo cristiano ha alimentado y protegido el sábado espurio, como si tuviera un origen divino, cuando el hecho es que se originó con el padre de la mentira, y fue introducido en el mundo por su agente humano, el hombre de pecado. El falso sábado ha sido sostenido por medio de una agencia sobrehumana para que Dios sea deshonrado. Es una señal de la supremacía de Satanás en la tierra, porque los hombres están adorando al dios de este mundo (The Signs of the Times, 12 de marzo, 1894, párrafo 3).

Cuando llegue ese tiempo de angustia, cada caso se habrá decidido, ya no habrá tiempo de gracia ni misericordia para el impenitente. El sello del Dios vivo estará sobre su pueblo. Este pequeño remanente, incapaz de defenderse en el mortífero conflicto con las potestades de la tierra mandadas por la hueste del dragón, hace de Dios su defensa. Ha sido promulgado por la más alta autoridad terrestre el decreto de que adoren a la bestia y reciban su marca bajo pena de persecución y muerte…

No se adquieren en un momento el valor, la fortaleza, la fe y la confianza implícita en el poder de Dios para salvarnos. Estas gracias celestiales se adquieren por la experiencia de años. Por una vida de santo esfuerzo y de firme adhesión a lo recto, los hijos de Dios estaban sellando su destino. Asediados de innumerables tentaciones, sabían que debían resistir firmemente o quedar vencidos. Sentían que tenían una gran obra que hacer, que a cualquier hora podían ser llamados a deponer su armadura; y que si llegaran al fin de su vida sin haber hecho su obra, ello representaría una pérdida eterna. Aceptaron ávidamente la luz del cielo, como la aceptaron de los labios de Jesús los primeros discípulos. Cuando estos cristianos primitivos eran desterrados a las montañas y los desiertos, cuando en las mazmorras se los dejaba morir de hambre, frío y tortura, cuando el martirio parecía la única manera de escapar a su angustia, se regocijaban de que eran tenidos por dignos de sufrir para Cristo, quien había sido crucificado en su favor. Su ejemplo será un consuelo y estímulo para el pueblo de Dios que sufrirá un tiempo de angustia como nunca lo hubo (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 197, 198).

Elena G.W

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