Martes 2 de julio – EL MENSAJERO – EL COMIENZO DEL EVANGELIO

EL COMIENZO DEL EVANGELIO “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios.…

 Martes 2 de julio – EL MENSAJERO – EL COMIENZO DEL EVANGELIO

EL COMIENZO DEL EVANGELIO

“Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios. Decía: ‘El tiempo se ha cumplido, el reino de Dios está cerca. ¡Arrepiéntanse, y crean al evangelio!’ ” (Mar. 1:14, 15).

Martes: 2 de julio

EL MENSAJERO

Lee Marcos 1:1 al 8. ¿Quiénes son los personajes en estos versículos? ¿Qué hacen y dicen?

 

Marcos 1:1-8

1 Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Como está escrito en Isaías el profeta: He aquí yo envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti. Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; Enderezad sus sendas. Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados. Y salían a él toda la provincia de Judea, y todos los de Jerusalén; y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados. Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y comía langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo: Viene tras mí el que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar encorvado la correa de su calzado. Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo.

Los personajes principales de estos versículos son tres: Jesucristo –mencionado en Marcos 1:1–, Dios el Padre –implícito en las palabras de Marcos 1:2–, y el predicador y mensajero Juan el Bautista como sujeto principal de la última sección de este pasaje.

Marcos 1:2 y 3 contiene una cita del Antiguo Testamento con la que el evangelista describe lo que ocurrirá en el relato. Lo que cita es una combinación de frases de tres pasajes: Éxodo 23:20, Isaías 40:3 y Malaquías 3:1.

Lee Éxodo 23:20, Isaías 40:3 y Malaquías 3:1. ¿Qué tienen en común estos tres pasajes?

 

Éxodo 23:20

20 He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.

 

Isaías 40:3

Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.

 

Malaquías 3:1

1 He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.

Éxodo 23:20 se refiere a un ángel que Dios enviaría delante de los israelitas para conducirlos a Canaán. Isaías 40:3 describe a Dios haciéndose presente en el desierto con un camino preparado por él para su pueblo. Malaquías 3:1 se refiere a un mensajero que va delante del Señor para preparar su camino. Los tres pasajes hablan de un viaje. El texto en Isaías tiene muchos vínculos con el ministerio de Juan el Bautista y se enfoca también en el camino del Señor. En el Evangelio de Marcos, al Señor Jesús se lo presenta realizando un viaje. La rápida narración realza el sentido de este viaje que conducirá hacia la Cruz y la muerte sacrificial de Jesús en nuestro favor.

Pero es mucho lo que debe acontecer antes de que él llegue a la Cruz. El viaje está recién comenzando, y Marcos nos dirá todo acerca de él.

A tono con la cita del Antiguo Testamento en Marcos 1:2 y 3, Juan el Bautista hace un llamado al arrepentimiento, a abandonar el pecado y a volver a Dios (Mar. 1:4). Vestido como el antiguo profeta Elías (compara con 2 Rey. 1:8), Juan habla en Marcos 1:7 y 8 acerca de Uno que vendría después de él y que es más poderoso que él. La declaración de que no es digno de desatar la correa de las sandalias del que vendría demuestra la exaltada perspectiva que tiene de Jesús.

Comentarios Elena G.W

La Divinidad se conmovió de piedad por la humanidad, y el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo se dieron a sí mismos a la obra de formar un plan de redención. Con el fin de llevar a cabo plenamente ese plan, se decidió que Cristo, el Hijo unigénito de Dios, se entregara a sí mismo como ofrenda por el pecado. &Con qué se podría medir la profundidad de este amor? Dios quería hacer que resultara imposible para el hombre decir que hubiera podido hacer más. Con Cristo, dio todos los recursos del cielo, para que nada faltara en el plan de la elevación de los seres humanos. Este es amor, y su contemplación debiera llenar el alma con gratitud inexpresable. ¡Oh, cuánto amor, cuánto amor incomparable! La contemplación de este amor limpiará el alma del egoísmo. Hará que el discípulo se niegue a sí mismo, tome su cruz y siga al Redentor (Consejos sobre la salud, p. 222).

Dios le había prometido [a Juan] darle una señal por la cual pudiera reconocer al Cordero de Dios. Esta señal fue dada cuando la paloma celestial se posó sobre Jesús, y le rodeó la gloria de Dios. Juan extendióla mano señalando a Jesús, y en alta voz exclamó: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”.

Juan informó a sus discípulos que Jesús era el Mesías prometido, el Salvador del mundo. Mientras terminaba su obra, enseñó a sus discípulos a mirar a Jesús y seguirlo como el gran Maestro. La vida de Juan estuvo cargada de tristeza y abnegación. Anunció el primer advenimiento de Cristo, pero no se le permitió presenciar sus milagros ni gozar del poder que el Señor manifestó. Juan sabía que debía morir cuando Jesús asumiese las funciones de maestro. Rara vez se oyó su voz fuera del desierto. Hacía vida solitaria. No se aferró a la familia de su padre para gozar de su compañía, sino que se apartó de ella para cumplir su misión (Primeros escritos, pp. 153, 154).

Como pueblo, debemos preparar el camino del Señor, bajo la supervigilancia del Espíritu Santo, para la diseminación del evangelio en toda su pureza. La corriente de agua viva debe profundizarse y ampliarse a medida que avanza. En todos los territorios, de lejos y de cerca, se llamará a hombres de detrás del arado y de las actividades comerciales más comunes y que más distraen la mente, para que sean educados junto a hombres de experiencia que comprenden la verdad. Mediante las obras maravillosas de Dios, se moverán montañas de dificultades y se las arrojará al mar…

Cuando esta invitación sea aceptada, será oído y entendido el mensaje que significa tanto para los moradores de la tierra. Los hombres sabrán qué es la verdad. La obra avanzará cada vez más. Y los notables acontecimientos de la providencia se verán y se reconocerán tanto en juicios como en bendiciones. La verdad arrebatará la victoria (Cada día con Dios, p. 193).

Elena G.W

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